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«La TV hoy puede ser un valioso aporte educativo»

“La TV es un medio capaz de llegar a tocar las áreas socioemocionales de los niños porque los signos con que trabaja son concretos, no son palabras abstractas o números abstractos. Entonces, este lenguaje de la TV es capaz de contar historias y que los niños se emocionen, se entretengan, se identifiquen”, explica el profesor e investigador en la Facultad de Comunicaciones de la UC, Valerio Fuenzalida en entrevista con Revista de Educación del Ministerio de Educación.

Por: Revista de Educación, Ministerio de Educación
«La TV hoy puede ser un valioso aporte educativo»

“La TV es un medio capaz de llegar a tocar las áreas socioemocionales de los niños porque los signos con que trabaja son concretos, no son palabras abstractas o números abstractos. Entonces, este lenguaje de la TV es capaz de contar historias y que los niños se emocionen, se entretengan, se identifiquen”, explica el productor de televisión, en entrevista con Revista
de Educación.

¿Qué significa para Ud. haber recibido la Medalla Alma Mater UC, que sólo ha sido entregada en cinco oportunidades?

Un día, bien temprano en la mañana, vino el decano Eduardo Arriagada a esta Facultad (de Comunicaciones) y me dijo: “Valerio, se ha decidido esto…”. Quedé absolutamente sorprendido, no tenía la menor idea. Éste fue un proceso largo, me dijo el decano, y se mantuvo en secreto. No me lo esperaba, honestamente. Ha sido una emoción muy grande, mi caso tiene una particularidad. Yo trabajé en la UC en la vicerrectoría de Comunicaciones hasta 1977, cuando fui exonerado. Fueron años difíciles laboralmente, mi familia sufrió los problemas de mi cesantía. Seguí trabajando en televisión, pero recién el año 82 me pude estabilizar un poco al entrar a una ONG de Comunicación y Cultura llamada Céneca. Ahí me especialicé en recepción de audiencia. Después de pasar esas vicisitudes, el 2005 la universidad me llama nuevamente a trabajar y que el 2019 me den este Premio, es inesperado, sorprendente y emocionante.

En el ámbito de la investigación de la industria televisiva, en temas como la TV educativa por ejemplo, ¿qué planteamientos novedosos han tenido sus trabajos?

Me he centrado en dos áreas:
1) La TV pública. Participé de la reforma del año 92, que hizo de TVN (Televisión Nacional de Chile) una empresa muy distinta a las otras estaciones de TV pública de América Latina que, prácticamente, son
manejadas por el gobierno y constituyen un servicio de propaganda del mismo. Esas estaciones de TV hoy están pésimo: no tienen audiencia ni credibilidad, además de presentar un importante desfinanciamiento y en bastantes casos, corrupción. Pero TVN, con esta reforma que mencionaba, quedó como una empresa autónoma del gobierno y con un directorio
que vela especialmente por el pluralismo político. En mi trayectoria he estado permanentemente mirando TVN y viendo los problemas que se van presentando, por eso creo que hoy día el canal tiene que volver a revisar algunas cosas.
2) Los géneros televisivos. He trabajado en diversas áreas de programación de TV, pero una vez en la universidad me he dedicado al tema TV y niños. Creo que ahí he hecho un aporte, al destacar que la TV
hoy día puede ser un aporte educativo muy valioso.

Pero, ¿qué planteamientos nuevos ha formulado en esa área?

Mi aporte ha sido relevar que a partir de la neurociencia y las teorías de la evolución del desarrollo, hay una nueva concepción del niño. Ahora tiene una cantidad de competencias, que antes eran negadas por otras teorías, como las conductistas que planteaban que estaba vacío y que había que llenarlo de contenidos definidos por la sociedad. La educación cambia, pues si el niño tiene competencias internas, éstas para desarrollarse necesitan articularse con la sociedad, entonces no es que la sociedad decida hacer lo que quiera con el niño sino que tiene que desarrollar las competencias que él/ella posee. Estamos frente a una imagen del niño muy distinta que, entre otras cosas, hace que las Naciones Unidas el año 89 diga: “El niño es sujeto de derechos”, no objeto de acciones de los demás. Y por lo tanto hay que darle una atención especial. Ése es un elemento clave.
Por otra parte, la neurociencia ha puesto de manifiesto otro aspecto: la inteligencia emocional. El niño no solamente tiene que aprender matemática, geometría y lectoescritura, sino que tiene capacidades
socioemocionales que son esenciales. Hay producciones en TV hechas en Europa, EE.UU. y Canadá, que están trabajando en esta área.

CAMBIOS RECIENTES EN LA INDUSTRIA DE LA TV

¿Cuál es el rol actual de la TV? ¿Y qué entendemos hoy por educar con la TV: transmitir contenidos, formar en valores, desarrollar las habilidades socioemocionales, formar en áreas de índole afectiva?

La TV es un medio capaz de llegar a tocar las áreas socioemocionales de los niños porque trabaja con signos concretos, no con palabras o números abstractos. Este lenguaje de la TV es capaz de contar historias y que emocionan, entretienen e identifican a los niños. Aquí se abre un recurso extraordinariamente potente para la educación socioemocional, que está vinculada a los valores y actitudes positivas. Por ejemplo, “Dora La Exploradora”, una niñita de origen centroamericano muy activa, que siempre está haciendo alguna tarea en beneficio de algún amigo. En cada aventura de 20 ó 22 min. ella piensa cómo llevar su misión a cabo. Esas son justamente las capacidades ejecutivas: planificar una acción, realizarla, evaluar en qué etapa va, ver si necesita ayuda, detectar si hay obstáculos y cómo podría superarlos. Aquí no estamos hablando de 2 + 2 son 4 ni soltando la mano para entrenarla en caligrafía, estamos hablando de capacidades socioemocionales. Otro ejemplo sería “Jorge El Curioso”, es un monito que se mete en muchos problemas, pero tiene una enorme capacidad para resolverlos. En este caso se estimula la capacidad creativa, la constancia, el ensayar una y otra vez, la flexibilidad de la mente para decir “esto no me resultó, ensayemos con otra cosa”.

También debo mencionar a “Backyardigans”. Un programa donde el baile es muy importante, pero hay episodios educativos, en que aparecen animalitos y uno quiere participar en un campeonato en patineta. Él sabe que es malo para eso y dice: “me encantaría tener una patinetamágica”. Pero una amiga le repite muchas veces: “Eres tú el que puede ser bueno en la patineta, no la patineta”. Ahí hay un mensaje para el niño: “tienes que entrenar tus habilidades, no debes tener esta idea de que van a llegar recursos mágicos”.

Sabemos que la TV de entretención trabaja mucho con los elementos mágicos, basta pensar en “Las Chicas Superpoderosas”.

¿Alguna otra serie que en su opinión contribuya a la educación socioemocional de los niños?

“Charlie y Lola”, una serie animada de televisión creada por la británica Lauren Child, basada en varios libros suyos como «I Will Never Not Ever Eat a Tomato». Es un programa muy notable, los protagonistas son dos hermanos: Charlie, el mayor de 10 años, y Lola, de unos 6.

El primer cuento llevado a la TV, muestra cómo Charlie intenta convencerla para comer. Pero ella nunca es descalificada, él dice “eres muy exigente y por eso no te gustan los tomates, las arvejas, el pescado, las manzanas, etc”. Y arma un juego para que ella coma. En otro episodio, no se quiere ir a dormir, pero su hermano nuevamente interviene para ayudarla. Y así, en cada capítulo ella se va transformando y éste es un tema muy importante porque no hay niños malos, hay niños con características negativas que es algo muy distinto.

¿Qué rol cumple la TV en medio de las nuevas tecnologías TICs?

La TV está en un proceso de cambios, pero hay varios roles que puede cumplir. El educativo es muy importante en el nivel de parvularia, también en el primer ciclo de enseñanza básica.

Además, desde el segundo ciclo de enseñanza básica los niños con el celular empiezan a producir programas de TV. Eso es valiosísimo porque observan de otra manera la realidad: el jardín, las flores, la tierra, incluso su convivencia y sus relaciones. Se les puede ayudar para que miren los problemas que hay en el aula escolar. Y el cine también tiene su espacio. Conozco un educador, que estudió en la UC y vive en Centroamérica, él trabaja mucho con jóvenes en sus últimos años de escolaridad, cuando están pensando en su futuro profesional y laboral. Busca películas que planteen estos temas para discutirlos. Así se ven a sí mismos en un mundo ficcional, donde el protagonista puede ser distinto -norteamericano, inglés, alemán, indio- pero sus problemas y desafíos son los mismos.

Todos estos procesos de transformación hacen que veamos que la TV tiene un rol cultural educativo muy grande. Cuando el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) dice que los canales tienen que dar cuatro horas semanales de cultura, ellos están pensando en la alta cultura: orquesta sinfónica, ballet o una obra de teatro.

Sin embargo, nosotros nos damos cuenta que la TV y el cine pueden hacer un enorme aporte cultural en la educación de los niños. Para ellos, las orquestas sinfónicas infantiles son un elemento valiosísimo, no para verlas sino para que sientan que ellos tienen capacidades y que algunos niños esas capacidades ya las están desarrollando. En un canal infantil tienen que estar esas orquestas, así como niños que hacen arte, que dibujan, que bailan, etc. Ahí hay mucho material de la vida de los niños y que despiertan en ellos interés, motivación. “Si estos niños hacen esto, yo también podría hacerlo”. Que se identifiquen, ésa es la idea.

CARACTERÍSTICAS DE UN PROGRAMA DE CALIDAD

¿Qué características debe tener un programa infantil para ser considerado de calidad?

1) La interactividad entre el programa y el niño que lo ve, ya sea en la TV, en un smartphone u otro dispositivo. Una interactividad que significa preguntarle cosas al niño, pedirle ayuda para resolver algo, etc.

2) Recuperar el formato de narración.

Plaza Sésamo tenía módulos independientes, pero hoy día se considera que el niño es capaz de seguir una narración desde muy chiquitito. Entonces, él tiene que ser el protagonista de la narración, él tiene que resolver los problemas que se presenten.

3) El personaje que representa al niño en la pantalla debe ser competente, con habilidades y motivaciones internas. El niño-audiencia ya no está recibiendo ideas, instrucciones, consejos de un locutor que está hablando, sino que se identifica con un personaje que es activo, al que se le ocurren cosas. Aquí estamos frente a nuevos criterios de calidad.

Más detalles en: http://www.revistadeeducacion.cl/revista_pdf/reveduc_386/files/assets/basic-html/page-16.html

 

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