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La lucha de los textos en el aula

La disyuntiva entre elegir leer el libro impreso o si optar por su versión digital, llegó a los colegios. Gracias a plataformas como WebClass los textos escolares pueden ser descargados tanto por el profesor, alumnos y apoderados.

Por: Dafna Ergas
La lucha de los textos en el aula

¿Libro impreso o iBook? Contrario a lo que muchos esperaban con los avances de la tecnología, el libro impreso no ha muerto. Todo lo contrario, está vivito y coleando. De hecho, aún supera en ventas al libro digital. Sin embargo, este último no se ha dado por vencido y la lucha continúa, incluso en la sala de clases.

El 2015 fue el año de la primera gran caída de ventas de los iBooks. Según cifras de la Association of American Publishers, ese año en Estados Unidos la venta cayó un 14%. En México, ese mismo año, solo un 8,7% de los lectores optó por el libro digital, mientras que el 86,3% prefirió la versión impresa.

Gracias a los avances que ha traído la tecnología, el libro que se solía utilizar para hacer ejercicios, ahora puede ser visualizado digitalmente. Con más de 1 millón de usuarios y 700 establecimientos educacionales a nivel nacional, la plataforma online WebClass contribuye a mejorar la calidad de la educación a través de la tecnología. Uno de los servicios que ofrece, es su plataforma para acceder a los textos escolares y obtenerlos digitalmente.

Recién, en marzo de este año, el colegio María Inmaculada de Providencia, comenzó a utilizar esta plataforma. Gracias a ella, tanto el profesor como los alumnos y sus apoderados, pueden descargar los libros que se utilizan en la sala de clases en formato digital. “Yo no creo que haya un gran cambio en el rendimiento de mis alumnas porque lo importante está en la clase y en el mensaje que se entrega”, mencionó Aline Richardson, profesora de dicho establecimiento, pese a lo novedosa de esta herramienta.

La profesional aseguró también que debido al poco tiempo que lleva implementándose este sistema aún no se puede concluir su efectividad. Hay que esperar que pase el tiempo y ver cómo sigue esta lucha entre el libro impreso y digital en la sala de clases.

 

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