La rabia es una de las emociones innatas del ser humano, que tiene una expresión facial universal y permite reconocer inmediatamente cuando un sujeto, independiente de su idioma y/o cultura, siente rabia.  Aparece en los niños a edades muy tempranas, y es parte normal de su desarrollo. El problema es cuando esa rabia se manifiesta en conductas agresivas, que implica siempre un daño físico o emocional a otra persona.

La Psicóloga infantil Priscilla Riquelme, que actualmente atiende a niños en Cesfam La Granja, señala que “…los niños necesitan adultos que comprendan lo que les sucede,  nombren las emociones y que los acompañen, por ejemplo, expresar que se entiende el motivo de su rabia, pena. De esta forma, se reconoce que algo le está ocurriendo y el niño se sentirá comprendido y acompañado, luego de eso es posible enseñarle, de a poco, respetando el ritmo propio, una forma distinta para expresar lo que siente”

La profesional dice que es necesario que los padres y educadores reconozcan y favorezcan las acciones que contribuyen a que el niño se calme en un marco de respeto. Además de ser capaces de tener una conversación posterior en que el niño sepa que hay alternativas para canalizar la rabia sin causar daños a otras personas.

Los niños pequeños que todavía están desarrollando sus habilidades lingüísticas, tienen un fuerte deseo de hacerse independientes, y a la vez no poseen aún la capacidad de controlar sus impulsos, por eso son tan susceptibles a reaccionar físicamente. Solo con el pasar del tiempo, y en la medida que los adultos lo faciliten, la palabra podrá sustituir al acto de golpear, morder, rasguñar, moverse.  Es importante que los adultos canalicen la rabia de los niños para evitar que la agresividad se transforme en primera opción de reacción.

Estrategias

• Lo primero es mantener la calma, si el adulto grita o golpea al niño, este se enoja más y recibe ejemplos de agresividad. Si por el contrario, el adulto se controla, el niño aprenderá que es posible controlar el temperamento.
• Los límites claros dan seguridad al actuar de los niños, por eso, reaccionar en el momento preciso y adecuadamente a un acto de agresividad es la manera en que los niños relacionen su mal comportamiento con la consecuencia del castigo o de la llamada de atención. La disciplina constante es lo que a la larga tiene resultados permanentes en los niños.
• La recompensa por el buen comportamiento también es una manera de corregir la agresividad. Además, el tiempo frente al televisor es una de las cosas que especialistas recomiendan restringir. Muchos dibujos animados y otros programas diseñados para niños, a menudo contienen muchos gritos, amenazas, empujones, y hasta golpes y puntapiés, a veces presentados como algo cómico.
  Varios estudios sugieren que pasar demasiado tiempo frente a pantallas, puede causar problemas de comportamiento en los niños a medida que crecen. A algunos expertos les preocupa también que el uso de pantallas electrónicas pueda interferir con el desarrollo social y emocional de los niños pequeños.