Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaEn esta conversación con Juan Carlos Muñoz, gerente de Inteligencia Artificial y Desarrollo del Talento de Gtd, abordamos de qué manera la compañía entiende la inteligencia artificial (IA) como habilitador del talento interno, qué habilidades son críticas en esta transición y cuáles son los desafíos culturales que ve para el sistema educativo chileno.
En el mundo tecnológico y educativo, la IA suele mirarse como destino o amenaza. Para Juan Carlos Muñoz, gerente de Inteligencia Artificial y Desarrollo del Talento de Gtd, en cambio, es un medio: una palanca para acelerar el aprendizaje, ordenar los datos y liberar tiempo para lo que solo las personas pueden hacer. Desde Gtd, su apuesta es clara: invertir con la misma convicción en tecnología de vanguardia y en el desarrollo de las personas, promoviendo una cultura de curiosidad, rigurosidad y colaboración que permita a los equipos tomar mejores decisiones y a los docentes, enfocar su labor donde generan más valor.
-¿Cómo definirías la misión de Gtd en materia de inteligencia artificial y desarrollo del talento?
-La misión de Gtd en materia de inteligencia artificial y desarrollo del talento es potenciar a su equipo de “Gente Totalmente Dispuesta”, mediante el uso estratégico de la IA, impulsándolos a convertirse en el talento digital y emprendedor que liderará la compañía hacia 2030. No solo buscamos atraer nuevos especialistas, en Gtd queremos fortalecer las capacidades de nuestro propio talento, capacitándolo en nuevas tecnologías y fomentando una cultura de aprendizaje continuo que valore la experiencia y la adaptación. En este camino, la inteligencia artificial se entiende como un gran habilitador y un aliado del equipo humano: una herramienta que agiliza el trabajo, promueve la colaboración y entrega información oportuna para que las personas tomen decisiones rápidas y precisas en beneficio de los clientes.
-En una empresa tecnológica como Gtd, ¿cómo se equilibran o articulan innovación y formación humana?
-La innovación tecnológica y la formación humana no son dos cosas separadas que se deben equilibrar, sino dos partes de un mismo motor que se alimentan mutuamente. La tecnología (como la IA) no es el fin, sino el habilitador de nuestra gente. La fortaleza principal es el equipo humano, y la IA se introduce para potenciarlo, agilizando su trabajo y permitiendo que evolucionen a tareas de mayor valor que requieren más habilidades humanas. En síntesis, el equilibrio en Gtd consiste en invertir con la misma convicción en la tecnología de vanguardia (el qué) y en el desarrollo y mentalidad de las personas (el quién).
-¿De qué manera están utilizando la IA para potenciar el aprendizaje y la productividad de los equipos?
-Para nosotros, es la gran herramienta para impulsar a las personas como un todo. El objetivo es que la IA agilice el trabajo y nos ayude a ser más productivos, dándonos la información adecuada en el momento justo. Buscamos que nos habilite nuevos espacios de colaboración y nos ayude a capacitar a nuestra gente para tomar decisiones más rápidamente. Es, en esencia, una herramienta para potenciar esa mentalidad innovadora y emprendedora que queremos fortalecer.
-Si pensamos en habilidades, ¿cuáles consideras clave en entornos donde la IA ya es parte del trabajo cotidiano?
-Esta pregunta es fundamental. La tecnología por sí sola no sirve de nada si no desarrollamos a las personas. Curiosidad y mentalidad emprendedora; pensamiento crítico y analítico; agilidad y adaptación. Cultura de rigurosidad en el tratamiento de datos… No necesitas ser un científico de datos, pero sí entender la importancia de un buen dato. Más que una habilidad técnica, la mentalidad digital es entender cómo la tecnología impacta en el cliente y en el negocio, y cómo puede simplificar la vida diaria de nuestras personas y clientes.
-Gtd ha colaborado con Grupo Educar en seminarios sobre IA y educación. ¿Qué aprendizajes han surgido del trabajo con docentes y directivos?
-El aprendizaje principal es que existe un entusiasmo enorme, pero también mucha ansiedad. Los docentes y directivos no quieren una charla teórica sobre IA; necesitan saber cómo les va a simplificar la vida. El gran valor se da cuando ven que esta puede ser una asistente pedagógica, ayudándoles a reducir la carga administrativa –planificar, crear evaluaciones o adaptar material– para que puedan dedicar más tiempo a lo que solo un humano puede hacer: conectar, inspirar y apoyar socioemocionalmente a un estudiante.
-¿Qué recomendaciones darías a colegios y profesores que quieren incorporar la IA de manera ética, segura y con sentido pedagógico?
-Tres recomendaciones: enfocarse en la ética y la seguridad primero; formar a los profesores (no solo a los alumnos); e integrarla con sentido pedagógico. La confianza digital es el pilar fundamental. Antes de usarla, hay que definir reglas claras: ¿cómo protegemos los datos de los estudiantes? ¿Qué herramientas están permitidas?
Es por ello, que el profesor se convierte en un factor clave. Los docentes necesitan espacios para trabajar con la herramienta de forma segura, entender sus sesgos y observar cómo funciona. La IA no debe ser “la clase de IA”. Debe ser una herramienta para aprender mejor matemáticas, historia o lenguaje, desarrollando pensamiento crítico, creatividad y colaboración.
-Desde tu mirada, ¿cuál es el mayor desafío cultural que enfrenta el sistema educativo chileno frente a la inteligencia artificial?
-Superar el miedo a la pérdida del esfuerzo. La IA no viene a reemplazar el aprendizaje ni el mérito, sino a amplificar nuestras capacidades. Gran parte de nuestro sistema educativo sigue centrado en evaluar la memoria y el producto final.
Por tanto, la irrupción de la IA nos obliga a cambiar ese paradigma: lo relevante es qué hace un alumno con la información, cómo la analiza, cómo la aplica y qué preguntas nuevas es capaz de formular. El verdadero desafío es avanzar desde una cultura de la memorización hacia una cultura del pensamiento crítico, la creatividad y la curiosidad intelectual. Y eso implica transformar no solo las metodologías de enseñanza en el aula, sino también la manera en que entendemos el aprendizaje y el rol del docente en esta nueva era.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.