Francisco Fernández, director ejecutivo de Letra Libre

Fin de año es, para Letra Libre, la época de las buenas noticias. Fotos de tutores que cruzaron tres regiones para acompañar a sus alumnos en su graduación, videos de colegios agradeciendo el trabajo, apoderados que cuentan que sus hijos no eran capaces de hablar frente al curso y hoy pueden leer frente a sus compañeros. “Después de un año intenso lleno de desafíos, es la época en que vemos todos los frutos del trabajo que hacemos y eso nos llena el corazón”, asegura Francisco Fernández, director ejecutivo de la fundación. 

Se trata de una iniciativa que desde el 2020 conecta tutores voluntarios con estudiantes no lectores de 1° a 4° básico, acompañándolos de manera personalizada en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura. Hoy apoyan a cerca de tres mil alumnos y llegan, de manera virtual, a 14 regiones del país.

Este año, el Ministerio de Educación los convocó para apoyar el Plan de Reactivación Educativa, donde organizaron más de dos mil tutores en todo el país. Es importante decir que esto apoya la labor de los colegios, ya que no enseñan a leer y escribir, sino que potencian su práctica. 

En estos tres años, han ido afinando el proceso de enseñanza y muchas de sus estrategias pueden ser aplicadas a todos los cursos  -también en Enseñanza Media-, como el juego, la práctica de la fluidez y el trabajo colaborativo con otras asignaturas. 

1. El juego, una de las mejores maneras de practicar  

Algo que en Letra Libre han comprobado este tiempo es el poder del juego. “Lo más importante es que el tutor y el alumno, a pesar de que están trabajando con la lectura, sientan que están jugando pero con técnica, desarrollando ciertos temas que nosotros les pasamos de forma empaquetada y en un cierto orden”, cuenta Fernández. 

De hecho, la fundación recluta a voluntarios comprometidos, motivados y flexibles para hacer una o dos tutorías online a la semana (una hora en total), y tienen reuniones mensuales con su coordinador y contestan reportes semanales de avances.  

2. Aprender a leer, no es solo trabajo del profesor de Lenguaje

“Al estudiante que en cuarto básico no sabe leer rápido, le empieza a ir mal no porque no sepa resolver el problema de matemáticas o memorizar la información en historia, sino porque demora demasiado en entender”, asegura Fernández. 

Por tanto, entender lo que se lee tiene impacto durante toda la trayectoria educativa del alumno y repercute en su desempeño futuro. De ahí la importancia de que las otras asignaturas refuercen el aprendizaje de la lectura y su comprensión. Con este objetivo, planificar de manera integrada, replicar ejercicios de lectoescritura adaptados a las materias o elegir textos adecuados al nivel es de gran ayuda. 

3. Los apoderados, grandes aliados

El representante de Letra Libre explica que es clave alinear lo que pasa en todos los espacios que inciden en el aprendizaje del niño, y esto incluye a los apoderados. “Como probablemente hay poco tiempo para que el profesor le dedique a cada uno en particular, se puede apoyar en los apoderados. Es un tremendo desafío que estén conscientes de que pueden reforzar esas actividades”. 

4. Fluidez + velocidad = comprensión

Leer rápido es clave. “Si el alumno gasta mucha energía en entender que dos sílabas forman una palabra y esta significa algo, y no la lee y entiende ‘a golpe de vista’, es muy difícil que además junte esas palabras y entienda el párrafo”, asegura Fernández. La razón es que, en esos casos, el estudiante gasta mucha energía entendiendo palabra por palabra. El consejo de Letra Libre es que “lo mejor que podemos hacer para optimizar la comprensión, es incrementar fluidez y velocidad”.  

5. Metodología apta para todos

“El tutor no enseña a leer; el tutor practica a través del juego las habilidades necesarias para que el estudiante aprenda a leer lo más rápido posible. El alumno aprenderá a leer en el colegio”, aclara Francisco. En este sentido, Letra Libre ha ido modificando los manuales, de manera que puedan ser implementados por personas sin conocimientos de pedagogía, y para que el alumno aprenda lo más rápido y eficiente posible. “Somos un complemento, porque practicamos con diversas metodologías, las habilidades importantes para que el estudiante pueda aprender lo que está viviendo en la sala de clases”, dice.