-¿Cuánto afecta que los directores estén bien formados?

-Toda la evidencia internacional y nacional demuestra una clara correlación entre variables y condiciones de mejora educativa con la gestión de directores y directoras. Sabemos que el liderazgo directivo es uno de los factores dependientes de la escuela que más inciden en los resultados de aprendizaje de los estudiantes (Leithwood, Day, Sammons, Harris y Hopkins, 2008; Flessa y Anderson, 2012).

Es evidente, por lo tanto, que cualquier esfuerzo por mejorar la calidad de nuestras escuelas, generando condiciones propicias para el aprendizaje de todos los niños y jóvenes, debe incorporar el fortalecimiento de competencias de liderazgo en directores. Su adecuada formación, con estándares claros y trayectorias de profesionalización para la mejora continua, es una condición para la calidad educativa, más aún en el sistema público.

-¿Qué elementos destacan a un buen director?

-El perfil de un buen director se caracteriza por el dominio de principios, habilidades y conocimientos profesionales para el ejercicio del rol. Al respecto, el Marco para la Buena Dirección y el Liderazgo Escolar es el instrumento referencial conceptual en que hemos sistematizado los perfiles y caracterización que permite fortalecer el rol de los directivos escolares en Chile. Se identifican ahí al menos las siguientes dimensiones de su práctica:

• Capacidad de construir y aplicar una visión estratégica compartida.
• Desarrollar capacidades profesionales, en sí mismo y en su equipo docente.
• Liderar procesos de enseñanza y aprendizaje.
• Gestionar la convivencia y participación de la comunidad escolar.
• Desarrollar y gestionar el conjunto de recursos con los que cuenta el establecimiento, para tributar a estas dimensiones y propósitos. 

En definitiva, construye, desarrolla, implementa, gestiona, monitorea, es decir, lidera la creación de condiciones propicias para que todos sus estudiantes aprendan.

-¿Por qué es necesario formar a los directores?

-Porque para tener una buena escuela es necesario contar con buenos directores, es una condición propicia para la garantía del derecho a la educación de calidad.

-¿Cuáles son los desafíos? 

-Nuestro sistema escolar ha reducido de manera excesiva el concepto de calidad educativa a la estandarización y resultados de pruebas censales, lo que ha promovido una perspectiva de la escuela que tiende a sacrificar el desarrollo integral. Asimismo, ha fomentado la práctica del ranking y con eso ha inhibido el trabajo en colaboración con sentido colectivo, así como otras prácticas virtuosas que es deseable promover en nuestra cultura escolar.

Si bien esto es responsabilidad de un sistema, es parte del desafío empoderar y fortalecer las herramientas de directivos para liderar procesos de formación integral, para relevar las dimensiones emocionales y sociales, dar el espacio que merecen a las áreas del currículo vinculadas al deporte, las artes, su integración con las ciencias, el lenguaje, las matemáticas y la formación de ciudadanía. La política pública debe promover liderazgos directivos con enfoque pedagógico, que supere el enfoque administrativo y favorezca los propósitos educativos.

El CPEIP, por medio del área de liderazgo contempla tres líneas de formación:

*Plan de formación a directores (dirigido a directores).

*Plan de inducción a directores nóveles (dirigido a directores nóveles y docentes con interés a responsabilidad directiva).

*Actualización y Profundización en liderazgo directivo (docentes líderes, equipos directivos, sostenedores).

El objetivo es acompañar el proceso de formación desde el inicio del ejercicio directivo, de manera situada y desarrollando competencias (saber, saber hacer y saber ser) sumado al desarrollo de prácticas de mejoramiento en el contexto educativo.