Encuenta el contenido que necesitas

Ingresa a tu cuenta grupoeducar

Abr 2024 - Edición 281

Por qué sí a las evaluaciones en EMTP

Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online

Regístrate y accede a la revista

La importancia de generar una cultura del autocuidado

Las bajas tasas de accidentes en EMTP son el reflejo de las buenas políticas de prevención que existen en los establecimientos y de la implementación de protocolos de seguridad, señalan los expertos.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
La importancia de generar una cultura del autocuidado

Una cantidad de accidentes en EMTP que se mantiene sin grandes variaciones desde el 2018 hasta lo que llevamos de este 2023 (ver recuadro) sería, a juicio de los expertos, el resultado de una cultura de seguridad al interior de los establecimientos. Por ejemplo, este año, según las cifras de la Superintendencia de Educación, hasta abril solo se han denunciado tres accidentes en EMTP, versus siete en educación científico humanista. 

Esa cultura de autocuidado requiere, explica Marco Orellana, ingeniero en Prevención de Riesgos de SNA Educa, “contar con el compromiso de todos los miembros de la comunidad escolar, involucrándolos en diversas actividades de manera permanente en los diferentes ámbitos del quehacer de los establecimientos TP”.

Marco Orellana. Ingeniero en Prevención de Riesgos de SNA Educa

“Contar con el compromiso de todos los miembros de la comunidad escolar, involucrándolos en el quehacer de los establecimientos TP, es clave para generar una cultura de autocuidado”. 

 

 

Para ello, es clave desarrollar la reflexión, autocuidado, responsabilidad colectiva e individual, logrando que todos los estamentos contribuyan a la prevención y seguridad de todos de manera consciente. Por ejemplo, en SNA Educa (sostenedor de 20 colegios)han creado una “Política de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente”, donde se establecen los principios que permitan garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable que involucre a los colaboradores y a los otros miembros de la comunidad educativa, nos cuenta Orellana. 

La normativa en SNA Educa incluye el “Plan de Seguridad para Actividades Formativas Prácticas”, que aborda el tema de la seguridad de manera sistémica en las diferentes actividades pedagógicas de enseñanza-aprendizaje de aplicación práctica, “asumiendo los profesores un rol de modelador, estableciéndose rutinas y experiencias de aprendizaje, donde la prevención y seguridad son elementos claves”, dice Orellana.

Los accidentes 

Existen varias condiciones que pueden provocar accidentes. La primera es la mantención de los equipamientos, los talleres y otros espacios de las distintas especialidades. “Otra condición es la supervisión que se realiza cuando se utilizan instrumentos que podrían generar accidentes”, coinciden los expertos.

Sin embargo, es clave tener en cuenta que cuando se hace mención a los accidentes, más bien se deben enfatizar las tareas críticas. Por lo general, suceden en las especialidades de Electricidad, Construcción, Acuicultura y Atención de Enfermería. “En Construcción, por ejemplo, ocurren accidentes cuando se realizan tareas de trabajos en altura. También acciones que implican trabajar con carga suspendida, de izaje, porque cuando sucede un accidente, los resultados son complejos y pueden llegar a ser fatales”, señala el Manual de Prevención de Riesgos en la Enseñanza Técnico Profesional de la Mutual de Seguridad, Cámara Chilena de la Construcción.

Asimismo, según el documento, “los accidentes más comunes que ocurren a los estudiantes son del tipo ‘caídas a un mismo o distinto nivel’, ‘atrapado por máquinas’, ‘contacto con energía eléctrica u objetos calientes’, ‘golpeados por objetos que caen de alturas’, ‘sobreesfuerzos’, etc., siendo las heridas, fracturas, esguinces, quemaduras y conjuntivitis las lesiones de mayor importancia”. 

Las normativas existentes 

Marcel Díaz. Ingeniero en Prevención de Riesgos y asesor del tema para WorldSkills Chile

En cuanto a normativa se refiere, hay algunas que tienen relación con los establecimientos, sus trabajadores y estudiantes (leyes o puntos de norma). Asimismo, el Ministerio de Educación facilita a la comunidad educativa listas de verificación, manuales y orientaciones relacionados con las condiciones de seguridad, para que cada establecimiento implemente o revise el cumplimiento de las normas o puntos normativos. 

 


“Cualquier normativa que atañe a la seguridad de los establecimientos y de sus alumnos emana del PISE”.

En el caso de la EMTP en particular, el Decreto N°240 del Ministerio de Educación regula los requisitos que deben cumplir de manera específica las especialidades de Educación Media Técnico Profesional, en lo referido a los recursos de aprendizaje (herramientas, equipos, implementos, utensilios, etc.), lo anterior también considera los “Elementos de Protección Personal”.  

Ese decreto, explica Orellana, derogó el decreto 77 y regula los recursos de aprendizaje necesarios para impartir una especialidad en los establecimientos. “Por ejemplo, en SNA Educa nosotros contamos con agropecuaria, electricidad, gastronomía, mecánica industrial, mecánica automotriz, instalaciones sanitarias y construcciones metálicas”, agrega.

En esa misma línea, Marcel Díaz, ingeniero en Prevención de Riesgos y asesor del tema para WorldSkills Chile, cuenta que, en materia de prevención de accidentes, los establecimientos educacionales deben guiarse por el Plan Integral de Seguridad Escolar (PISE), que data del año 2001 y que se actualizó durante el 2018. Sin embargo, hasta la fecha, para los establecimientos TP no existen protocolos particulares que rijan la seguridad y prevención de riesgos, por ejemplo, durante la realización de los talleres, a no ser que los mismos colegios elaboren sus propios protocolos de seguridad. 

Por su parte, este diseño y la aplicación del Plan Integral de Seguridad Escolar deben ser parte del reglamento interno del establecimiento educacional, tal como se señala en las regulaciones exigidas en el reglamento de convivencia escolar de cada colegio. “Por tanto, cualquier normativa que atañe a la seguridad de los establecimientos y de sus alumnos emana del PISE”, explica Marcel.

Asimismo, por ser los establecimientos espacios de trabajo, se rigen además por la Ley de Accidentes del Trabajo y enfermedades profesionales. Este data del año 1968, y también por el decreto supremo 594, reglamento que regula las condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo.

Si bien la información está disponible por distintos medios, no existe certeza de que sea revisada a conciencia y que se utilice como lineamiento base para fomentar una conducta segura, nos cuenta Claudia Gálvez, subdirectora académica de WorldSkills Chile (WSChile). Por ello, señala: “Es clave destacar que las acciones deben estar orientadas a la seguridad escolar, el autocuidado y la prevención de riesgos, tanto en lo teórico como en lo práctico. Es responsabilidad de todos los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo a las familias, reforzar y motivar para que esto sea parte no como una obligación, sino como un deber”.

La importancia del autocuidado

Marcel Díaz recomienda trabajar en protocolos de autocuidado y de prevención desde los niveles de preescolar, básica y media. 

Además, recomienda trabajar con asesores y prevencionistas de riesgo al interior de los colegios, quienes son los encargados de evaluar si las condiciones del establecimiento son las adecuadas y si las acciones que se realizan en las actividades propias de la enseñanza son también las correctas, dice el experto en seguridad. Esto significa, también, revisar el estado de los enchufes, cables, las maquinarias y todo lo que envuelve el trabajo de los alumnos de EMTP en sus talleres, de acuerdo con las distintas especialidades.  

Claudia Gálvez. Subdirectora académica de WorldSkills Chile

“Las acciones deben estar orientadas a la seguridad escolar, el autocuidado y la prevención de riesgos. Es responsabilidad de todos los integrantes de la comunidad educativa, incluyendo a las familias, reforzar y motivar para que esto sea parte no como una obligación, sino como un deber”.

De hecho, explica Claudia Gálvez, “por lo general, todos los establecimientos cumplen con lo mínimo exigido y están al día con la mantención de equipos y herramientas. Algunos cuentan con un prevencionista de riesgos que los mantiene actualizados en las normas respectivas y, además, promueve la seguridad y el autocuidado”.

Poder contar con el prevencionista en cada colegio TP es una excelente estrategia para disminuir al mínimo los riesgos de accidentes y, asimismo, tener supervisión constante sobre el desarrollo de actividades en talleres y otros espacios de riesgo. “Particularmente porque, si bien los alumnos conocen la importancia de la prevención de riesgos, en la práctica no reconocen en su totalidad la seguridad y prevención de otras áreas que no sean las de su especialidad. Esto es un punto para mejorar, teniendo en cuenta que cuando ingresan al campo laboral se encontrarán con distintos espacios de trabajo y deben reconocer toda la señalética y normativa que asegure el mínimo riesgo”, sugiere la subdirectora académica de WSChile.

 

¿Qué hacer en caso de accidente al interior de mi establecimiento? El paso a paso:

Al momento de ocurrir un accidente, explica Marco Orellana, los colaboradores proceden de acuerdo con lo indicado en el protocolo de manejo de accidentes escolares:

  1. El Director, Jefe Docente, Encargado de Convivencia o el Encargado de Primeros Auxilios dará aviso de lo acontecido al padre, madre o apoderado del estudiante.
  2. El Inspector o docente que esté más cercano al estudiante accidentado, deberá tomar inicialmente el control de la situación y evaluará el estado de salud o si las lesiones son superficiales (no existe pérdida de conciencia y/o dolores internos), en este caso lo ayudará a trasladarse a la sala de primeros auxilios. Si existe cualquier sospecha de que pudiese existir una lesión mayor, deberá solicitar la presencia en el lugar del (de la) Encargado(a) de Primeros Auxilios, quien determinará trasladar al estudiante al Centro Asistencial más cercano, conforme a lo indicado en consideraciones finales.
  3. La responsabilidad del(la) Inspector(a) o docente no termina hasta que lo entregue al Encargado de Primeros Auxilios e informe de la situación al Director(a) o al Jefe Docente.
  4. Si la situación no requiere el traslado del estudiante a un Centro Asistencial, el(la) Encargado(a) de Primeros Auxilios prestará la atención que corresponda, de acuerdo con los procedimientos ante una situación de enfermedad o malestar en el establecimiento.
  5. Si la situación hace indispensable el traslado del estudiante en ambulancia, se procederá a solicitar la concurrencia de esta al establecimiento.

Deja un comentario

Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar

Ingresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.

Créate una cuenta en grupoeducar

Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.