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Abr 2024 - Edición 281

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Las humanidades en un colegio TP, ¿cómo las trabajan?

Esas materias constituyen un pilar en la formación de los alumnos. “Justamente porque el mundo actual, sobrecargado de información, requiere de sujetos críticos para que así sean capaces de reflexionar”, nos explica Belisario Pérez, profesor del Liceo Bicentenario Minero S.S. Juan Pablo II de Alto Hospicio.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
Las humanidades en un colegio TP, ¿cómo las trabajan?

La formación en las humanidades, señala el profesor de Lengua y Literatura del Liceo Bicentenario Minero S.S. Juan Pablo II, coadministrado por la Fundación Educacional Collahuasi, SNA Educa y la Municipalidad de Alto Hospicio, Belisario Pérez, es clave. “Sabemos que, con la masificación del internet en las últimas décadas, se vuelve complejo determinar qué noticias son falsas o reales, por lo que tener las herramientas para discriminar de forma oportuna entre una y otra se transforma en una habilidad del siglo XXI”. 

Del mismo modo, agrega el docente, tener una opinión se vuelve fundamental en un Chile que en los últimos tres años ha sufrido cambios radicales, por lo que levantar la voz para exponer las visiones personales de cada persona se transforma en un imperativo en la construcción social colectiva. Por ello, en este liceo se promueven estas habilidades a través de diferentes instancias educativas como debates o clases con enfoque en los lineamientos del aula socrática. 

—Los estudios revelan que los alumnos que leen adquieren mayores competencias… 

—Tal como lo mencioné anteriormente, en el Liceo Bicentenario Minero S.S. Juan Pablo II de Alto Hospicio hemos implementado, desde el departamento de Lengua y Literatura, cátedras con los lineamientos acordes al aula socrática, por lo que, como docentes, buscamos poner el protagonismo comunicativo en nuestros estudiantes. 

Además, para promover la lectura en el alumnado y que los educandos generen un pensamiento crítico, así como el gusto por la sana discusión, como departamento hemos estado a cargo del proyecto de filosofía para niños, niñas y adolescentes y que fue implementado en séptimos y octavos básicos. Buscaba presentar la disciplina filosófica como una instancia de reflexión y búsqueda de una verdad colectiva, donde cada integrante de los grupos de curso podía aportar en esa “definición de la verdad” con respecto a diversos ejes temáticos de discusión. 

—¿Cuál ha sido el resultado?

—Al implementarlo en los niveles iniciales, pudimos evidenciar con el pasar de los años cómo al llegar a primero medio, nuestros educandos poseían habilidades y gusto por el debate y la argumentación.

—¿Cómo posicionar las humanidades entre los alumnos y los docentes?

—Es fundamental entender las humanidades como una fuente rica en aspectos de veracidad que está en constante revisión. En el caso que me compete como profesor de Lenguaje, promuevo la lectura como un ejercicio eficaz en el afán por buscar la verdad o conocer más con respecto a un tema. 

Señala Belisario Pérez que “es fundamental entender las humanidades como una fuente rica en aspectos de veracidad que está en constante revisión. En el caso que me compete como profesor de Lenguaje, promuevo la lectura como un ejercicio eficaz en el afán por buscar la verdad o conocer más con respecto a un tema”.

Cuenta Belisario que los libros constituyen una fuente inagotable de conocimiento, a pesar de la irrupción de las tecnologías, se consolidan como una materia prima sólida que rara vez sufre modificaciones, incluso en su digitalización, por lo que se transforman en un referente fidedigno si se quiere discernir y discriminar entre una y otra información. “En nuestro rol como docentes de Lengua y Literatura, y entendiendo que el aprender a leer no solo nos atañe a nosotros como departamento, es que hemos promovido proyectos de efectiva comprensión lectora, ampliándolo a docentes de distintos departamentos para así compartir conocimientos y fomentar las habilidades de lectura en las distintas disciplinas, entendiendo que la buena lectura sirve a todas las cátedras educativas si nuestros estudiantes logran entender lo que leen en cada ramo”.

Lo que piensa una estudiante 

Sofía Celedón, alumna de segundo año de Enseñanza Media del Liceo Bicentenario Minero S.S. Juan Pablo II de Alto Hospicio, nos cuenta por qué le gusta la literatura y cómo los libros le han dado la posibilidad de conocer nuevas realidades.

-¿Por qué te gusta leer? ¿Qué libros son los que más te atraen?

-Me gusta leer porque suelo entrar a un nuevo mundo, por así decirlo. Al leer, tienes la capacidad no solo de ver palabras y entenderlas, sino de poder imaginar y estar mentalmente en los lugares que te describe el libro, como situaciones, empatizar con los personajes, su misión, etc. 

Los libros que más me atraen son los de realismo mágico y de mundos con sus propias leyes, así también los textos de fantasía. Mi libro favorito es No cruces el bosque de Débora H.S., que trata sobre un mundo distópico donde la guerra atormenta al protagonista, quien hace un trato con un espíritu del bosque, adentrándose en lo prohibido.

-¿Qué beneficios te ha entregado la lectura?

-En sí, la lectura me ha ayudado a desarrollar la empatía, puesto que al conocer a los distintos tipos de protagonistas y sus mundos interiores, tengo una mejor idea de cómo actuar con respecto a experiencias interpersonales.

He aprendido sobre diferentes tipos de mundos y sus funcionamientos, teniendo buenos temas de conversación. Pude expandir mis horizontes con respecto a temas sociales, tanto como económicos. En definitiva, la lectura me permite conocer más realidades.

Claves para motivar la lectura 

1. Generar proyectos de lectura domiciliaria, los cuales estaban constituidos por diferentes formas de medir el aprendizaje y la comprensión lectora, donde la manera era diversificar los instrumentos evaluativos, para así tener un alcance mayor a las diferencias de aprendizaje de nuestros alumnos. 

2. Pre-COVID, la tecnología, equivocadamente demonizada, no se veía como un medio de ampliación en el ejercicio lector; sin embargo, al ser utilizada de manera creativa, nos funcionó como un recurso inagotable para “gamificar” nuestras clases, presentando referentes cercanos a la edad de nuestros estudiantes vía YouTube (booktubers) o vía Spotify (podcast), así como otras estrategias donde el uso de plataformas digitales era el soporte predilecto. La moraleja y el desafío están en cómo implementamos esos recursos tecnológicos con las estrategias “análogas” de enseñanza, donde satanizar una u otra no es la clave, sino más bien combinarlas para sacar lo mejor de cada una. 

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