“Conectarse a la comunidad en que se está inserto favorece la generación de vínculos de la escuela con la realidad y sin duda es una gran oportunidad para que la comunidad aporte recursos”, nos explica la destacada sicóloga y columnista Neva Milicic.

Asegura que, en forma bidireccional, “la escuela puede ser un gran recurso para dar charlas de sexualidad, medidas de protección en el caso de una pandemia, charlas de alimentación saludable para concientizarlos de cómo la alimentación se encuentra ligada a la salud y a la enfermedad”.

Y, en la otra vereda, las personas de la comunidad pueden aportar libros a la biblioteca, dirigir talleres de escritura, etc. “Los profesores jubilados y de otras profesiones pueden cooperar con la rehabilitación de niños con dificultades o con retraso pedagógico, y lo que no es menos importante, en mejorar la infraestructura escolar”, agrega.

Los ejemplos son innumerables de cómo la comunidad puede aportar los saberes que existen en ella, ampliar los horizontes de los estudiantes y abrir mundos insospechados. 

Neva Milicic

—¿Qué sucede con los alumnos cuando su escuela se vincula con la comunidad?

—En los alumnos favorece la capacidad de observación y la comprensión de la realidad. 

Puede ayudarlos a transformarse en personas con mayor conciencia prosocial. Por ejemplo, supongamos que, al visitar una plaza, una playa cercana o un camino, descubren cómo podrían hacerlo para mejorar la realidad limpiando la playa, sembrando semillas de flores o de plantas en los caminos. 

Señala Neva que la institución educativa es fuente de cultura. Por ejemplo, pueden abrir sus puertas para tardes de cine, foros de actualidad y numerosos talleres. Es muy cierto el dicho africano que sostiene que para educar un niño se necesita a toda la tribu. 

—¿Cómo la relación familia-escuela puede ayudar a mitigar las brechas?

—Sin la participación de la escuela y la familia unidas, disminuir las brechas es imposible y puede implicar que se vayan aumentando en la medida que avanza la escolaridad. 

Explica la sicóloga que para los docentes, el conectarse empáticamente con la familia para conocer su realidad, sus fortalezas y sus problemáticas, será una oportunidad de realizar intervenciones que, fortaleciendo a las familias, se ajusten a la realidad y a las necesidades de cada alumno. 

—El contexto de pandemia da una oportunidad de normalizar las dificultades y de ofrecer una ayuda eficaz donde se encuentran las lagunas más importantes, señalándolas sin culpabilizar y viendo cómo superarlas.

Asegura la destacada sicóloga que “quizás sea la lectura el medio más efectivo para disminuir las brechas, la presencia de libros en la casa es uno de los factores que según el Banco Mundial predice mejor el rendimiento escolar. El profesor está en una posición privilegiada para ofrecer a los niños y a los padres materiales que sean de su interés y promuevan la lectura. El Estado debe tener una política más activa en este plano”.

Cómo estrechar vínculos entre la escuela y su comunidad 

1. Concientizar a través de todas las vías posibles a todos quienes tienen trato directo con los niños, de que toda acción educativa construye cerebro, y especialmente en los primeros años, en que es más posible emparejar la cancha. 
   
   
2. Tomar conciencia acerca de cómo el buen trato es esencial y cómo la ansiedad bloquea los aprendizajes porque genera cortisol; por lo tanto, disminuye sus posibilidades de aprender.
   
   
3. Sembrar esperanzas de que las brechas pueden disminuir y que las dificultades pueden subsanarse, debiera ser un mensaje constante a las familias, así como el reconocimiento de los esfuerzos que ellas hacen en contextos muy difíciles por sacar adelante a los niños. 
   
   
4. Estar alertas a los progresos, contribuir con recursos como libros, juegos y estrategias educativas, a través de talleres, reuniones de padres y materiales online.