La pandemia nos cambió a todos, también a nuestras escuelas y la relación de los alumnos con los docentes. Se transformó la forma de enseñar y se priorizó el currículo también. 

Pero, además, se generaron y crearon nuevos vínculos con docentes que llevaban hasta las casas de sus alumnos las guías de la última clase y la materia que no se había podido descargar porque ese alumno no tenía señal de internet en su casa.

Antes de la pandemia, los docentes eran facilitadores del aprendizaje, ahora se convirtieron en personas mediadoras del aprendizaje de sus alumnos. Buscaron fórmulas y se reinventaron para reducir las brechas de aprendizaje que la pandemia nos viene dejando.

Se transformaron y ayudaron muchas veces a crear lazos afectivos y círculos virtuosos con sus alumnos. Una relación que, a juicio de los expertos –en Reportaje–, es clave para generar ese vínculo con la escuela, una de las herramientas que nos permiten mejorar la asistencia a las aulas de todos los alumnos. 

Luego de más de dos años de pandemia hemos visto cómo la asistencia presencial a las aulas, con los cuidados sanitarios que se requieren, es un factor clave y relevante del aprendizaje. 

Quienes han trabajado el tema explican que una relación del alumno y su familia con la escuela es clave para generar un importante vínculo con la escuela, lo cual, como señalan los expertos, permite crear lazos y, de esa forma, que los estudiantes se sientan parte de su establecimiento educacional. 

En esta edición les mostramos la importancia del tema y buenas prácticas de establecimientos que han generado estrategias sobre ello, y que son posibles de replicar en otros lugares del país.