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Abr 2024 - Edición 281

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Comunicarse con los hijos y los profesores: El superpoder de los padres

Entre las muchas lecciones que ha dejado la pandemia aparece claramente que los alumnos que sufrieron menos mermas de aprendizaje fueron quienes contaban con familias con buena comunicación con la escuela. Por esta razón, Fernando Reimers, experto en innovación educativa de la Universidad de Harvard, señala que es el momento de empoderar a los padres.

Por: Luz Edwards
Comunicarse con los hijos y los profesores: El superpoder de los padres

“Es necesario empoderar a los padres, pues tienen un papel importante. Ellos no son las víctimas o los espectadores de unas circunstancias sobre las que no tienen control. Al contrario, hay que lograr que se sientan empoderados como los agentes que tienen un papel mucho más importante que cumplir en apoyar la educación de sus hijos”, reflexiona desde Boston Fernando Reimers, director de la Iniciativa Global de Innovación Educativa y del Programa de Política Educativa Internacional de la Universidad de Harvard.

Para el experto, el mayor involucramiento de los apoderados en las escuelas como consecuencia de la pandemia puede ser, a futuro, un cambio positivo. “De hecho, sabemos que los alumnos que sufrieron menos mermas de aprendizaje son quienes contaban con familias con buena comunicación con la escuela. Padres que iban contándoles a los profesores cómo iba su hijo, que pidieron los apoyos que necesitaban. Por eso, con miras a este nuevo año escolar, es esencial también que la escuela sepa cumplir su rol de apoyar a las familias, sea que haya clases presenciales o remotas”, explica Reimers.

—¿Cómo aconseja a los padres abordar este año escolar desde el punto de vista emocional?

—En este momento hay que transmitir a los apoderados que deben entregar empatía, cariño y diálogo a los hijos, porque ha sido una situación muy difícil para los jóvenes al igual que para los adultos. Existen necesidades nuevas de salud mental y un gran desgaste; es muy importante que cada persona, no solo cada joven, sepa que no está sola, que sepan que son miembros de una comunidad. Eso, en la práctica, significa solo comunicarse. Y comunicarse empieza por escuchar, no solo por hablar, por ver dónde está el joven, qué está pensando. 

—¿Puede dar un ejemplo de las dificultades que están viviendo los adolescentes?

—Por ejemplo, sabemos que estos dos años para muchos jóvenes han significado una inmersión mucho más intensa en las diversas plataformas tecnológicas, ya que era la manera de estar en contacto con el mundo. Pero hay buena evidencia que muestra que no todas contribuyen a la salud mental de los jóvenes. Por eso es importante asegurarse de prestarles atención, escucharlos, ver que los jóvenes estén teniendo una vida balanceada, chequear cómo está la visión de sí mismos y de su sentido de propósito.

—¿Qué podríamos decirles a los adolescentes para transmitirles optimismo?

—Me parece fundamental invitarlos a mirar con curiosidad y esperanza. Ayudar a los jóvenes a ver este ying y yang que es la pandemia, pues tiene dos caras que son ciertas. La pandemia ha sido, por un lado, indudablemente una calamidad y, por otro lado, también ha sido una oportunidad de descubrir cosas de nosotros mismos, de nuestra sociedad, de la humanidad entera, que son muy positivas. De nuestra capacidad de invención y adaptación. Creo que esta conversación entre las familias con los hijos los ayuda a desarrollar una manera de ver el mundo que les va a ser muy útil. En un mundo que es incierto, reconocer que hay cosas que tienen simultáneamente impactos negativos y positivos.

La narrativa de lo positivo que se aprendió

—¿Ese es un aprendizaje importante no curricular, en su visión?

—Mucha de la narrativa de la pandemia ha estado centrada en lo que no se aprendió. Sin embargo, hay una historia que contar acerca de lo que sí se aprendió. Hubo hogares con casos de violencia o de mucho estrés, pero donde no fue así se aprendieron cosas buenas, que pueden tener o no que ver con el currículo explícito. Se aprendieron cosas útiles para la vida y las familias se conocieron más; eso es positivo, no hay duda. 

—¿Cómo enfrentar la posibilidad de volver a clases remotas en algún momento?

—Con esperanza. Todos ya llevamos muchos meses en esto y todos hemos aprendido. Por ejemplo, respecto de las clases mismas, yo creo que muchas de las cosas que se hicieron para tratar de enseñar remotamente –sobre todo en los primeros meses– no fueron de alta calidad. 

Prácticas para partir el año conectados con nuestros hijos y alumnos

Luego de la crisis de la pandemia y en un contexto que sigue siendo de incertidumbre, es esencial comenzar el año escolar escuchando a los adolescentes y propiciando momentos donde puedan expresar su situación personal y única respecto de la vida, del colegio, de su familia, compañeros, etc. Esta conexión emocional es la base para cualquier aprendizaje y vínculo. 

Un enfoque recomendable –y apoyado por la evidencia– es ayudar a los jóvenes a conectar con un futuro positivo para ellos mismos. Eso puede colocarlos en un camino de propósito y esperanza –el “qué” y el “cómo” de su vida futura–, motivándolos a aceptar la realidad que les toca y usar la creatividad para encontrar soluciones y caminos. 

Algunas ideas para actividades: 

  • Piensa tu año ideal

Visualiza el mundo en que vives: tu hogar, tu familia, tu colegio, tu comunidad, ¿hay algo que querrías que fuera distinto y por qué?

  • Analiza el sentido de la vida

“Quien tiene un ‘por qué’ vivir, casi siempre encuentra el ‘cómo’?”. Esta frase de Viktor Frankl invita a pensar acerca de qué es lo esencial de nuestra vida y qué dificultades nos toca enfrentar. ¿Qué te mueve, qué es lo más importante para ti y cómo crees que afecta este escenario de pandemia el poder cuidar o conseguir eso que te importa?

  • Yo a los 40 años…

Tómate un momento para imaginar tu vida a los 40 años. Las cosas han ido tan bien como esperabas. ¿Qué estarás haciendo? ¿Quién estará en tu vida? ¿Qué será lo más importante para ti?

Diseña un símbolo para tu escudo de este 2022

A través del arte que más guste a cada uno, crear un símbolo que narre la situación emocional actual y entregue claves motivacionales para este año.

Fuente:

Supporting Learning and Well-Being During the Coronavirus Crisis

https://ggie.berkeley.edu/school-challenges/supporting-learning-and-well-being-during-the-coronavirus-crisis/

https://ggie.berkeley.edu/school-challenges/supporting-learning-and-well-being-during-the-coronavirus-crisis/

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