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Oct 2024 - Edición 287

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Las series: Si no puedes contra ellas, ¡únete y busca las mejores!

Como en toda forma de educación, el guionista y académico José Francisco Zegers aconseja a la familia convertirse en espectadora activa, establecer una estrategia conjunta para educar en libertad y a la vez tener una relación de confianza con los hijos.

Por: Luz Edwards
Las series: Si no puedes contra ellas,  ¡únete y busca las mejores!

Actualmente las series son una avalancha. Cada semana se estrenan más, las plataformas posibles son múltiples y se pueden ver en los teléfonos y computadores. Por ello, José Francisco Zegers invita a aprender a convivir con las series. “No hay que tener miedo ni tampoco hacer como que dan lo mismo. Es importante intentar aprovecharlas; quieras o no, tu hijo va a ver series o lo que quiera. Por eso, generar una relación basada en la confianza, en la que preguntes lo que ven y en la que te pregunten lo que ves, es fundamental”, aconseja en esta entrevista con revista Educar, este guionista y productor de cine, director del Villanueva Institute for Media & Entertainment, de la Universidad Villanueva, España.

¿Qué visión de vida, de persona, de familia, de sentido de la vida, qué ética, tiene la serie que vemos?, es una buena pregunta para comenzar a dialogar con los hijos.

—¿Existe calidad en la industria de las series?

—La industria de series es, ahora mismo, una incógnita. Se está produciendo más que nunca, pero nadie sabe si esto es una burbuja que estallará por sobreoferta o cómo se estabilizará. Dentro de esta industria en la que predominan los contenidos “glocales” (locales pero consumibles por un público global), por supuesto que hay series de calidad. El problema es que es muy difícil definir qué es calidad: el alto presupuesto no lo asegura, como tampoco una alta audiencia –de hecho, los datos de audiencias son más bien poco transparentes– o una temática específica. Frente a toda esta avalancha de incertidumbres, creo que un índice de calidad puede ser lo que recomendaría ver a un amigo o familiar.

—¿Cómo distinguir qué contenido nos hace bien?

—Creo que es fundamental evaluar un contenido narrativamente, porque al final toda narrativa se sustenta en nuestra vida cotidiana. Tener claro quién es el protagonista, su conflicto exterior –su objetivo– y su conflicto interior –que tiene que ver con la felicidad–, de qué habla realmente esta historia, cuál es su tema, cómo me involucra emocionalmente... y reflexionar. Darse tiempo para responder a preguntas y, con ellas resueltas, llevarlas a una evaluación moral que determinará si es buena para mí o no.

—¿Existen señales para reconocer series que no vale la pena ver?

—Sugiero ver el primer capítulo o capítulo piloto. En la industria son fundamentales para vender el proyecto. Como público, si no te has informado previamente o tienes dudas, míralo y tendrás tu respuesta. Como tu tiempo es valioso, tendrás que discriminar.

—¿Cómo ve a los adolescentes la industria de las series?

—Creo que esto no es un misterio para nadie. Los contenidos para adolescentes suelen exacerbar lo explícito y lo implícito, lo que tiene relación con un significado humano más profundo, queda disminuido. Por ser una industria, lo que se busca son resultados, lo cual es muy legítimo; lo complejo es que la forma de enganchar y mantener al público adolescente –y a los que no lo son tanto– funciona con lo explícito y lo emocional.

—¿Podemos los adultos ser modelos de consumo de series?

—Tenemos que ser responsables primero con nuestro cónyuge, porque tenemos que aprender a ver cosas juntos y evitar estar a doble pantalla en la cama. Y, como todo en educación, establecer una estrategia conjunta para educar en la libertad y tener una relación de confianza con los hijos. ¿Cómo? Dedicando tiempo. Si tú y tu hijo dedican un cierto número de horas al día a ver contenidos en las pantallas, quiere decir que son importantes, porque nuestro tiempo es limitado. Entonces, pregunta a tu hijo qué está viendo o qué quiere ver, y ven juntos el primer capítulo. Si alguno de los dos pasa una vergüenza o se violenta por lo que ven, a lo mejor no es la serie correcta; si los dos disfrutan juntos, probablemente sí lo sea. En cualquiera de los dos casos, será una oportunidad para comentar lo que han visto juntos y generar situaciones de conversación que hoy son complejas de obtener.

¿Quién es?

José Francisco Zegers es director de los posgrados de Comunicación y de VIME (Villanueva Institute for Media & Entertainment) de la Universidad Villanueva, España. Periodista y máster en Escritura y Producción para Cine y TV por la Università Cattolica del Sacro Cuore (Milán, Italia).

“Las series casi no muestran personas normales con conflictos normales”

Armando Fumagalli ama el cine y las series. Es italiano, profesor de Semiótica, Historia y Lenguaje del Cine en la Universidad Católica del Sacro Cuore (Milán), y es guionista y consultor de cine. También formó el sitio web Orienta Serie (https://www.orientaserie.it/es/orientaserie-espanol/).

Fumagalli ama el cine y cree que es necesario reflexionar acerca de lo que vemos y por qué lo vemos. También, está seguro de que pueden hacerse series y películas entretenidas acerca de vidas normales y no sólo historias crudas y extravagantes.

Aquí, un compendio de algunas de sus ideas que pueden ayudarnos a relacionarnos con la industria actual.

  •  En 2019 se estrenaron 500 series aproximadamente.
  • Cada serie y cada película muestra una forma de vida, visiones, ideologías. Los directores y guionistas tienen bastante libertad para escoger temas y representan, a través de su trabajo, visiones de mundo y levantan temas culturales que les parecen importantes a ellos.
  • Actualmente existen series de infinitas temáticas y visiones, que apuntan a un público pequeño. Eso es porque plataformas como Netflix y Amazon buscan enganchar suscriptores más que tener series masivas. De hecho, se sabe que muy pocas series las ve harta gente.
  • ¿Quiénes escogen los temas que vemos? En Hollywood, unas 1.500 personas, y de ellas, cien escogen la mayoría. En Italia unos veinte a treinta directores, veinte a treinta guionistas, veinte a treinta ejecutivos de canales son los que toman las decisiones.
  • Muchas son historias pobres en contenido y profundidad humana, que refuerzan estereotipos y certezas simplistas, en vez de abrirse a preguntas más profundas o de ofrecer una visión más fina y sensible de la realidad.
  • Las historias llevan a hacerse una idea errada de la realidad. Por ejemplo, Estados Unidos es un país religioso, donde un cuarenta por ciento asiste a algún rito religioso. Pero en las series y películas queda la idea de que en ese país no existen casi personas religiosas.
  • Una serie larga no cuenta de la vida normal. Está la idea equivocada de que una vida armónica y tranquila no tiene nada de interesante ni entretenido para contar.
  • Es cierto que lo interesante es el conflicto. Es cierto. Pero una vida normal también tiene conflictos: diferencias, desafíos, siempre hay un desnivel entre expectativas y realidad. Dimensiones más profundas, no explícitas tal vez, entonces no se narran. No se saben narrar.
  • ANTÍDOTO: Fortalecer la reflexión del espectador. A menudo no se dispone del tiempo o de la capacidad necesaria para sopesar las elecciones y los valores propuestos por los distintos personajes.

 

 

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