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Abr 2024 - Edición 281

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Avanzar en inclusión requiere cambios, también culturales

“Los seres humanos somos diversos y tenemos los mismos derechos, independiente de nuestra condición personal, social o cultural”, nos dijo Patricio Carvajal, coordinador nacional de la Unidad de Educación Especial del Mineduc, cuando le preguntamos por qué debiésemos como sociedad avanzar hacia una escuela inclusiva.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
Avanzar en inclusión requiere cambios, también culturales

La inclusión, dijo el coordinador nacional de la Unidad de Educación Especial de Mineduc, Patricio Carvajal, es un “proceso de mejora continua y de eliminación de barreras de parte de las familias, del entorno personal y de toda la comunidad”. 

Asegura que, desde el ministerio, como una forma de seguir mejorando en materia de inclusión, hicieron una propuesta interesante para abordar la estrategia de enseñanza diversificada a través de las “Progresiones de Aprendizaje en Espiral”, las cuales se han difundido ampliamente a través de la distribución de ejemplares impresos, seminarios y webinarios, y que también se pueden consultar en la página web especial.mineduc.cl.

—Pese a que los beneficios de la escuela inclusiva son tan reconocidos, ¿por qué aún existe cierta desconfianza para avanzar?

—La inclusión es un proceso de mejora continua y de eliminación de barreras que dificultan la participación y el progreso en el aprendizaje de todos. Para avanzar en la inclusión tanto social como educativa se requiere, por lo tanto, hacer cambios no solo en las políticas y en las prácticas educativas, sino también en la cultura escolar. 

Las familias y el entorno personal de los estudiantes deben superar las comprensibles desconfianzas (frecuentemente, producto de los prejuicios y las malas experiencias). A la vez, todos los profesionales, docentes, asistentes, administrativos y directivos, debemos avanzar en la necesaria formación para prestar los adecuados apoyos a los estudiantes. Ello no se logra tan rápido como la dictación de una ley, ya que la formación de todo ser humano toma tiempo. Pero todos los participantes en este proceso (universidades, Ministerio de Educación a través de sus políticas y en especial a través del CPEIP, Colegio de Profesores, asociaciones de profesores y educadores diferenciales, asociaciones y colegios de profesionales asistentes de la educación, apoderados y sostenedores, entre muchos otros) están trabajando hace tiempo en esta materia y han logrado importantes avances. Pero, por supuesto, falta todavía.

En particular, en el caso de las universidades, es fundamental que la formación que entregan en las carreras de pedagogía incluya la permanente reflexión que lleve a los futuros docentes a diseñar situaciones de aprendizaje donde todos sus estudiantes puedan participar, a proponer diversas formas de acceder y avanzar hacia los objetivos de aprendizajes establecidos en las bases curriculares, a evaluar constantemente sus propios procesos y prácticas para mejorar desde allí las oportunidades de aprendizaje de sus estudiantes y a trabajar colaborativamente entre ellos y con otros profesionales. Aún deben avanzar las universidades en la formación de pregrado en estos sentidos.

—¿Hemos avanzado realmente?

—Chile ha avanzado en los últimos años consistentemente con esta convicción que nos hemos formado como país. En segundo lugar, por un imperativo legal, ya que Chile ratificó en 2008 la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, que presenta un enfoque inclusivo, y se ha aprobado un conjunto de leyes que contienen principios como la diversidad, interculturalidad y un foco inclusivo para llevar al sistema educativo a hacer efectivo el derecho a la educación para todos los niños, niñas y jóvenes, también a lo largo de la vida.

El Estado chileno ha hecho un gran esfuerzo en cuanto al apoyo económico para los Programas de Integración Escolar (PIE). El monto de la subvención escolar regular es aproximadamente de $62.000 a $85.000 mensuales por estudiante. En cambio, la subvención escolar especial diferencial alcanza entre el doble y el triple de ese monto, dependiendo de si se trata de Necesidades Educativas Especiales transitorias o permanentes, y con o sin jornada escolar completa (JEC).

Aun cuando queda mucho camino por recorrer para ser un sistema educativo verdaderamente inclusivo, hemos transitado desde un enfoque centrado en el déficit o condición de los estudiantes hacia uno centrado en el aprendizaje de los estudiantes y en la institución educativa. Es decir, que los estudiantes que presentan Necesidades Educativas Especiales (NEE) puedan tener como referente los objetivos de aprendizaje del Currículum Nacional, con los ajustes y apoyos que cada uno requiera, sin planes preestablecidos que les pongan “techo” a sus aprendizajes. Así, avanzamos en generar oportunidades más equitativas de participación y progreso en el currículum, a través de la diversificación de la enseñanza y las adecuaciones curriculares, entre otras materias.

—¿Cómo seguir mejorando los aportes que ha hecho el decreto 83/2015?, ¿qué mejoras es posible realizar?

—Este decreto ha sido fundamental en el acceso pleno al derecho a la educación; es decir, al mismo Currículum Nacional, para todos los estudiantes, con las adecuaciones que cada uno requiera en consideración a su condición o a las NEE que presente. Se dictó en 2015, por lo tanto, lleva pocos años de aplicación. Su implementación ha sido gradual y se ha visto también interferida por la situación de pandemia. Sin embargo, ya se han notado su impacto y sus beneficios.

En cuanto a lo que falta, probablemente sea una mayor comprensión de lo que significan la enseñanza diversificada y las adecuaciones a cada estudiante. El decreto 83 establece con claridad estos criterios, pero es necesario irlo ajustando a la realidad en cada escuela, en cada sala de clases, de cada estudiante. 

—¿De qué manera nos afectó la pandemia en el ámbito de la inclusión?

—Es cierto que, en alguna medida, esta interrupción de ya casi dos años ha afectado de manera muy importante a todos los integrantes de las comunidades escolares, estudiantes, docentes, familias, etc., tanto de manera personal como en la forma de acceder al proceso educativo, y sus consecuencias han sido relevadas por el Mineduc y por distintas instituciones nacionales y extranjeras. Creemos que el impacto en los estudiantes que presentan Necesidades Educativas Especiales, en algunos casos puede haber sido aún mayor. No necesariamente producto de su condición, sino a veces también por su pertenencia a grupos de riesgo, a mayor aprensión y sobreprotección por parte de su entorno, por la necesidad de mediación para sumarse a la educación a distancia u otros factores que hayan podido incidir.

Señala Patricio Carvajal que ha sido un periodo complejo para todos. “En el caso de estudiantes que presentan NEE, ellos se han enfrentado no solo a procesos educativos bajo una modalidad distinta, la modalidad virtual, sino que han debido adecuarse a otros tiempos, a una manera diferente de recibir apoyos, a un modo de interacción diferente con sus pares, entre otros aspectos. Para los establecimientos ha sido complejo organizar y coordinar el trabajo colaborativo, que ha cobrado mayor importancia, también la entrega y modalidad de los apoyos, las adecuaciones que han debido realizarse para todos han tenido, a su vez, que ajustarlas a estudiantes que presentan NEE, y los procesos de evaluación diagnóstica han sido complejos de concretar”.

Para las familias ha sido un importante desafío implicarse en mayor grado en los procesos educativos de sus hijos e hijas, especialmente con estudiantes que requieren apoyos más significativos para progresar en el currículum, en un contexto de cuarentena en que los padres e hijos estaban en el hogar. Aun así, ha sido admirable la capacidad que han tenido muchas escuelas, sus docentes, sus profesionales, sus familias y apoderados y, por supuesto, los estudiantes para adaptarse a la educación a distancia o en modalidad mixta, en muchos casos sin quedarse atrás en la educación y en los aprendizajes. El Ministerio manifiesta su agradecimiento al tremendo esfuerzo que se ha hecho por todos ellos en los últimos casi dos años.

 

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