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Regístrate y accede a la revistaMuchos piensan que las familias se vuelven menos importantes para los niños a medida que avanzan hacia la adolescencia. Pero no es así y los educadores lo saben. Conversamos con el psicólogo español Miguel Ángel Rizaldos, quien nos explicó por qué los adolescentes necesitan a su familia y el apoyo que les ofrecen, tanto o más que cuando eran chicos.
La adolescencia es una etapa difícil: los niños, ya no tan niños, experimentan una gran cantidad de cambios físicos y hormonales que conducen a una serie de altibajos emocionales. No están seguros de dónde encajan y es algo que les va a tomar un par de años resolver. Por otro lado, sus padres, quienes fueron su referente mientras crecían, pasan a un segundo plano y sus amigos o pares toman un rol protagónico en sus vidas. Es por eso que apoyarse mutuamente puede ser vital para superar estos desafíos.
Miguel Ángel Rizaldos, psicólogo español con más de 25 años de experiencia, conversó con Revista Educar sobre cómo las relaciones familiares cambian durante la adolescencia, y a pesar de ello, los padres deben seguir siendo la base emocional y segura que eran antes de que sus hijos entrarán en esta etapa.
“Los hijos deben sentir que los queremos y los respetamos, con sus fortalezas y vulnerabilidades”, comenta el experto, “y para ello debemos fortalecer los vínculos emocionales que se han ido trabajando desde la primera infancia y abrir más y nuevos canales de comunicación”, enfatiza.
Frente a la pregunta ¿cómo pueden los padres estar más presentes?, si muchas veces sienten que ya no caben dentro del mundo de sus hijos, Rizaldos subraya la importancia de los hábitos familiares. “Debe haber espacios de comunicación y recreación, los cuales se deben comenzar a desarrollar desde los primeros años de vida. Esa base es esencial para la creación de vínculos afectivos y emocionales. Si eso no ha ocurrido, es importante acercarse a los jóvenes y averiguar sobre sus intereses y desde ahí establecer nuevos vínculos”, señala.
Este acercamiento se puede hacer a través de la música, del deporte, o la literatura. “Los padres deben hacer un esfuerzo por entender sus gustos e intereses. No nos tiene por qué gustar, pero si entender que para ellos es importante y es lo que los está ayudando a conocer quiénes son o en quiénes se quieren transformar”, señala.
De acuerdo al experto, existen dos grandes etapas en el desarrollo y aprendizaje de los niños. La primera es entre los cuatro y cinco años de vida, y últimamente se ha estudiado que la adolescencia es otra gran ventana de aprendizaje.
Según el estudio “Neuroplasticidad del cerebro adolescente, una segunda ventana de oportunidades”, de la Sociedad Colombiana de Pediatría, el cerebro adolescente es altamente neuroplástico, es decir, su capacidad biológica para madurar y cambiar estructural y funcionalmente, en respuesta a la experiencia y así adaptarse, es mucho mayor en esta etapa que cuando somos adultos. “Esta característica les permite desarrollarse y adaptarse de forma incesante, de modo que de la vulnerabilidad surgen nuevas oportunidades de aprendizaje motivado en la búsqueda de recompensa y un interés particular en las relaciones sociales. Aprenden sobre sí mismos por ensayo y error y están en una constante búsqueda de un lugar en las jerarquías sociales, lo que se convierte en la motivación principal de su comportamiento”, señala el documento.
En este contexto, el experto español destaca cómo el ejemplo y la coherencia son fundamentales en esta etapa. “Ya sabemos que los niños y jóvenes aprenden a través de las experiencias y no de manera informativa; sin embargo, pareciera que educar es estar siempre enojado y lanzar mensajes diciendo lo que tienen que hacer. Educar es ser coherente y transmitir aquello que quiero que mis hijos hagan, a través de mis conductas y comportamiento. Si soy tolerante, y respeto y valoro sus intereses, va a respetar y valorar lo que yo como padre le transmita”, agrega Rizaldos.
1. Empatiza: Ponte en su lugar, y recuerda que alguna vez también fuiste adolescente y que no fue fácil. Desde esa perspectiva podrás entender sus cambios de ánimo o por qué se refugian más en sus amistades que en su familia.
2. Procura estar muy atento a las señales de alarma: Los cambios en la adolescencia son normales, pero hay que estar atentos a aquellos cambios extremos o radicales, ya que muchas veces no manifiestan sus emociones de manera verbal. Una conducta persistente y duradera puede indicar que existe un problema real que requiere ayuda profesional para ofrecerle estrategias y herramientas y así ayudarlo a descifrar qué le pasa. Algunas señales de alarma pueden ser:
• Problemas de sueño.
• Cambios drásticos de comportamiento.
• Cambio repentino de amigos.
• Faltar a clase continuamente.
• No querer salir de la casa.
• Bajar sus notas o tener peores resultados académicos.
3. Sé coherente: Como padres somos modelos de conducta y debemos practicar la consecuencia entre lo que decimos y lo que hacemos, porque muchas veces exigimos y pedimos cosas que no son coherentes con nuestro comportamiento.
4. Habla con tu hijo cuanto antes: La adolescencia es una etapa de experimentación, y a veces puede incluir comportamientos arriesgados. No eludas temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol o el tabaco. Conversa con tus hijos abiertamente sobre estos temas antes de que se expongan a ellos. Eso ayudará a que actúen de forma responsable cuando llegue el momento. Comparte tus valores con tu hijo y habla con él sobre lo que consideras correcto e incorrecto.
5. Escucha lo que tus hijos te quieren decir: Nos limitamos a solo dar órdenes o a poner límites y no a escuchar lo que nuestros hijos sienten, necesitan o quieren. Escucha con atención lo que te dicen y sienten. Esto facilitará tu comunicación con ellos.
Miguel Ángel Rizaldos, es licenciado en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid con la especialidad en Psicología Clínica. Es experto en psicoterapia, coaching, psicología deportiva y coaching empresarial, y es uno de los pioneros de la psicología clínica online en España. Con más de 25 años de experiencia colabora en distintos medios de prensa, radio y televisión. Es formador, bloguero y conferenciante de salud y bienestar en el ámbito personal y profesional. En 2013 publicó el libro «Mini guía para papás y mamás en apuros» en versión eBooK y en mayo de 2019 publicó «Guía para papás y mamás en apuros», un libro en el que señala cuáles son las claves más importantes sobre el bienestar psicológico de los menores y cómo educarlos de manera eficaz y saludable.
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