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Abr 2024 - Edición 281

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Estudios internacionales: El clima familiar y su impacto en la adolescencia

Revisamos tres estudios internacionales efectuados durante la última década, que documentan cómo un entorno familiar positivo tiene un impacto directo en la salud mental de estos jóvenes y en la calidad de las relaciones con sus pares y docentes.

Por: Ximena Greene
Estudios internacionales: El clima familiar y su impacto en la adolescencia

Estado Unidos: Importancia de la comunicación abierta

El estudio El entorno familiar y el bienestar adolescente: Exposición a influencias familiares positivas y negativas, elaborado por el Centro Nacional de Información sobre la Salud del Adolescente de la Universidad de California, San Francisco, establece que el entorno familiar puede ser una gran fuente de apoyo para el desarrollo de los adolescentes. Sin embargo, indica que también puede ser un factor problemático cuando no hay relaciones cercanas o buena comunicación.

Ese estudio confirma que los adolescentes que tienen relaciones positivas con sus progenitores son menos propensos a participar en conductas de riesgo como fumar, pelear y beber alcohol a edades tempranas. Por el contrario, aquellos que informan tener dificultades para hablar con sus padres tienen más probabilidades de desarrollar estos comportamientos y tienden más a presentar síntomas de depresión y sentirse infelices. 

El estudio también abarca lo que los investigadores llaman control o seguimiento parental. “Se ha demostrado que, cuando los padres están al tanto de las actividades de sus hijos, los jóvenes presentan un mayor grado de autoestima, promedios de notas más altos en la escuela y menor predisposición a caer en conductas de riesgo como pelear y molestar a otros”, señalan los autores Dena Aufseeser, Susan Jekielek, y Brett Brown.

La evidencia indica que la mayoría de los adolescentes disfrutan de entornos familiares saludables. Por ejemplo, el 68% de los jóvenes encuestados reporta tener la capacidad de hablar con sus madres sobre cosas que realmente les molestan. Con respecto a los padres, un 80% sabe quiénes son los amigos de sus hijos y un 88% conoce dónde están sus niños después de la escuela. 

Sin embargo, no todas las familias demuestran tal grado de compromiso. “Invitamos a los padres a buscar apoyo para desarrollar un entorno familiar positivo, que tenga límites apropiados y una comunicación fluida, ya que la calidad de las relaciones es efectiva y, en consecuencia, influye positivamente en el desarrollo social de los adolescentes”, señala el equipo investigador.

España: lo que los hijos perciben

Publicado en el International Journal of Psychology and Psychological Therapy, el estudio Relación entre el clima familiar y el clima escolar: el rol de la empatía, la actitud hacia la autoridad y la conducta violenta en la adolescencia, de la Universidad de Almería, señala la relevancia del ambiente familiar en el desarrollo adolescente y en el ajuste psicosocial de los jóvenes.

En este caso, los autores David Moreno, Estefanía Estévez, Sergio Murgui y Gonzalo Musitu se basaron en la percepción que los adolescentes tienen de su contexto social, familiar y escolar para tratar de entender el aumento de los problemas de comportamiento en las escuelas. El clima familiar –señala la investigación– ha mostrado ejercer una influencia significativa, tanto en la conducta como en el desarrollo social, físico, afectivo e intelectual de sus integrantes. Un entorno positivo, donde existe apoyo, confianza, intimidad y una comunicación abierta y empática, favorece el desarrollo de determinadas habilidades sociales en los hijos que resultan fundamentales para la interacción social, tales como la capacidad para identificar soluciones no violentas a problemas interpersonales o la capacidad empática.

Por otro lado, también en la escuela el clima influye en el comportamiento de los alumnos. “Se considera que este es positivo cuando el estudiante se siente cómodo, valorado y aceptado en un entorno fundamentado en el apoyo, la confianza y el respeto mutuo entre profesorado y alumnos y entre iguales”, citan los investigadores. 

Los resultados del estudio sugieren que la interacción negativa entre padres e hijos (existencia de frecuentes conflictos, falta de comunicación familiar y de cohesión afectiva), impacta en distintos niveles la relación social de los adolescentes con sus iguales y con los docentes como figuras de autoridad formal. “Al no desarrollar adecuadamente la habilidad empática, que en buena medida se fomenta con la expresión de sentimientos en el seno familiar, aumenta la probabilidad de que se desarrollen comportamientos hostiles, puesto que, si los padres como figuras de autoridad informal no son modelos adecuados, los adolescentes transfieren este tipo de actitudes a otros contextos formales fuera del hogar”, advierten los autores.

Gales: la familia y la buena salud de los hijos

El informe La escuela, las relaciones familiares y con los compañeros, y el uso de sustancias en los adolescentes, el bienestar subjetivo y los síntomas de salud mental, publicado en la revista especializada Journal of the International Society for Child Indicators y realizado en Gales a niños entre los 11 y 16 años, señala que las relaciones positivas con la familia, los amigos y el personal escolar están estrechamente relacionadas con una buena salud y el bienestar durante la adolescencia. En cambio, un menor apoyo familiar deriva en un aumento de la presencia de síntomas asociados a depresión o uso y abuso de sustancias adictivas.

Los resultados del análisis británico demostraron que sí existe una asociación significativa entre las interacciones de los jóvenes con el colegio, la familia y su bienestar. “Un entorno familiar favorable juega un papel importante en proporcionar a los adolescentes la capacidad de desarrollar relaciones saludables fuera del hogar, mientras que un ambiente perjudicial o deficiente dificulta la formación de relaciones positivas más allá del hogar”, cita el estudio.

Por otro lado, el estudio sugiere que, cuando los jóvenes perciben una cercanía limitada con los miembros de su familia, la influencia de los compañeros toma un rol más preponderante que la de sus propios familiares. Esta situación explicaría cómo los bajos niveles de apoyo familiar pueden exacerbar las influencias más negativas de las relaciones sociales de los adolescentes. Por el contrario, “el tiempo que se dan los padres para conocer a los amigos de sus hijos, de saber con quiénes se juntan y qué actividades realizan, puede tener una influencia positiva en el bienestar de los jóvenes”, sugiere el profesor de la Univerisdad de Cardiff y uno de los autores del estudio, Graham F. Moore.

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