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Abr 2024 - Edición 281

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Desconectarse de las pantallas para reconectar en familia

Dos expertos nos entregaron sus miradas sobre qué actividades o prácticas no deben ser vulneradas por el uso de la tecnología, para mejorar el ambiente y las relaciones familiares.

Por: Ximena Greene
Desconectarse de las pantallas para reconectar en familia

Juan Manuel Diago, Colombia, rector del colegio Aspaen Gimnasio y mentor familiar: 

“Debemos defender la cotidianidad familiar. Cada interacción cuenta”

¿Qué momentos de la vida familiar no deben ser afectados por el uso de la tecnología?

  1. El día a día: fuera de horario laboral o de estudio, debemos defender esos momentos para interactuar, compartir, conversar, sin tener en medio dispositivos que nos aíslan y quitan la oportunidad de vivir el presente.

  2. Disfrutar en torno a la mesa: aunque solo sea una vez al día, compartir juntos una comida es un ejercicio muy educativo.

  3. Reflexionar en familia: debemos velar por que nuestro último pensamiento antes de dormir no sea hacia las redes sociales o la televisión. Conversar en familia, darnos las buenas noches, rezar juntos o hacer pequeñas reflexiones sobre el día que viene nos ayudará a conectarnos mejor con nuestros hijos.

—¿Qué consejos les daría a los padres para enseñarles a sus hijos a tener una relación sana con la tecnología? 

—Es importante que los padres mantengan una formación constante para poder fortalecer su labor como primeros educadores de sus hijos. Esto les dará los elementos y herramientas para educar su carácter y orientarlos a que aprendan a hacer un buen uso de su libertad.

Sin embargo, al igual que yo, muchos padres deben salir a trabajar, dejando a sus hijos en casa a merced de un mundo de información. Lo primero que les diría es que se esfuercen por estar más presentes y buscar estrategias e iniciativas que ayuden a darles a sus hijos esa sensación irremplazable. 

También, a aprovechar cada interacción juntos y donde todos sus niños tengan un momento para contarles cómo están o qué necesitan. Y aquí hay que ser enfático: ¡en ese momento no puede haber ni un dispositivo que los separe y aísle!

“Es importante que los padres mantengan una formación constante para poder fortalecer su labor como primeros educadores de sus hijos”.

—¿Qué estrategias podemos utilizar para que la vida familiar sea tan atractiva como la de las redes sociales?

—En primer lugar, tenemos que conocer muy bien a nuestros hijos, no perder su confianza para poder entrar en su mundo y empatizar. Con esto tendremos más posibilidades de acertar en las opciones de actividades que les demos. 

Por otro lado, debemos crear un plan ordenado, intencional y creativo de intervenciones educativas intencionadas, y dedicar tiempo a pensar y planear la semana y los fines de semana. Hay que ser audaces y poner la inteligencia al servicio de la familia. Se gana mucho teniendo un listado intencionado de acciones. 

Por último, los padres debemos ser los principales promotores de un buen ambiente familiar, con sentido del humor, amabilidad, afecto y cortesía. Que cada interacción entre nosotros en casa sea constructiva y positiva. Esto es fundamental para que cualquier actividad que promovamos sea atractiva porque simplemente estar juntos es un disfrute.

Jorge Flores, España, fundador y director de Pantallas Amigas:

“El uso de pantallas hoy no es un abuso puntual, es un hábito arraigado”

—¿En qué consiste la ‘Desescalada digital’?

Se trata de un plan de seis pasos para combatir el uso abusivo de las pantallas y que se puede aplicar, tanto de forma tutelada en los miembros más jóvenes de la familia, como de forma autónoma por parte de los adultos. La Desescalada digital se trata de cambiar rutinas y establecer nuevas dinámicas para disminuir algunos de los hábitos nocivos que hemos incorporado.

  1. Observa: identifica qué cosas o acciones haces con el celular que antes del confinamiento no hacías y así poder suprimir pequeños vicios que se han instalado, como dormir con el celular encendido o publicar en redes sociales varias veces al día por costumbre.

  2. Conoce bien tus nuevas rutinas: trata de saber cuándo, cómo y hasta dónde las has incorporado. Una vez identificadas y hecha la reflexión, lo siguiente es analizar más en detalle esas nuevas rutinas, esos nuevos momentos o esas nuevas formas de usar el celular. En qué momento se dan, cómo se producen y cuánto tiempo están presentes en nuestro día a día.

  3. Establece tus objetivos: fija de forma realista pero ambiciosa la nueva situación deseada tras el proceso de desescalada. Estos objetivos deben ser alcanzables, medibles y reconfigurables. En el terreno familiar, los padres deben hacer su propia reflexión, pero también observar cómo ha cambiado en sus hijos, analizarlo bien, definir una hoja de ruta, y adónde quieren llegar.

  4. Ayúdate de una estrategia: elabora un plan que te ayude a conseguir los objetivos planteados. Cambia costumbres y horarios, incorpora nuevas rutinas y pon en práctica trucos que te alejen de la pantalla. Ideas hay miles, lo importante es que seas capaz de medir esos avances y mantenerlos en el tiempo. 

  5. Comparte tu propósito: haz partícipe a tu entorno de tu voluntad de cambiar ciertos hábitos, y pídeles colaboración y comprensión, pero sobre todo sé un ejemplo a seguir. Si hablamos de una estrategia familiar es importante actuar con el ejemplo. No podemos pedirles a nuestros niños que reduzcan sus horarios del celular si los padres no colaboramos también. 

  6. Revisa tu plan: como todo plan de mejora continua, debemos revisarlo, medir los avances, identificar y cambiar lo que no va bien y reajustar las metas. Esto es nuevo para nosotros y tenemos que entender que estamos trabajando con hábitos que toman tiempo en arraigarse y que de vez en cuando debemos volver a reajustar la estrategia en función de los resultados obtenidos.

—Y concretamente a los adolescentes, ¿qué deberían enseñarles los padres para tener una relación sana con las pantallas? 

—Hay dos lógicas que deben cumplirse. Una es la lógica del ejemplo, y si quieres que tus hijos retiren de a poco el uso de pantallas de sus vidas, los padres deben dar el ejemplo.

La segunda es la lógica de los espacios y lugares en que podemos prescindir de las pantallas. La noche es uno de ellos. Desde hace un tiempo, en Pantallas Amigas hemos hecho diversos estudios sobre adolescentes y uso del celular en la habitación y los resultados son impactantes y preocupantes. No saben respetar los horarios de descanso, consultan el teléfono en medio de la noche o no saben cómo llenar los momentos en que no están con él. Eso es un precedente muy grave que hay que evitar desde temprana edad. Nuestra recomendación es que todo teléfono se apague antes de cenar y se prenda después del desayuno, y desde luego nunca entrar en la habitación de los niños, los adolescentes y los adultos, porque es una tentación.

"Es importante que los padres mantengan una formación constante para poder fortalecer su labor como primeros educadores de sus hijos".

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