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Abr 2024 - Edición 281

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Mentores en pandemia, un paso adelante

Lo único permanente es el cambio y, por ello, es clave “aprender a observar lo que está pasando para preguntarnos lo que antes no nos habíamos cuestionado: las nuevas respuestas no parecen estar en los actuales modelos educativos simplemente porque el mundo cambió”, nos asegura Luis Tesolat, director y fundador del Instituto de Educación para el Desarrollo Personal (INED) de Argentina, quien, además, es licenciado en Historia, con posgrado en Filosofía y Liderazgo, y coach ontológico y director del colegio Nuestra Señora de Luján.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
Mentores en pandemia, un paso adelante

Darwin decía que las especies que sobreviven –o sea, las más fuertes– son las que logran adaptarse. Es muy simple: adaptarse o morir, explica Luis Tesolat, académico del Instituto de Educación para el Desarrollo Personal. Lo incierto, dice, se presenta como el ámbito ideal y adecuado para generar cambios y transformaciones profundas y, por ello, “aprovechemos la oportunidad para lograr transformaciones sustentables”.

—¿De qué se trata el proyecto en que cada docente sea un mentor en su especialidad?

—Quizás estemos en una etapa bisagra o de transición y la disyuntiva de que los nuevos tiempos se adapten a los viejos modelos educativos o viceversa. Podemos perder el tiempo golpeándonos la cabeza contra una pared maldiciendo estar en esta situación, o simplemente reconocer lo que pasa para intentar dar nuevas respuestas. 

Asegura el docente que el tiempo es una máquina implacable que extermina a todos los dinosaurios y nos cuenta que alguna vez Pablo de Tarso, con una mirada distinta a su tiempo y un gran conocimiento de la naturaleza humana, dijo “el que piensa estar firme, mire que no caiga”. La madurez tiene que ver con aprender a cambiar: quienes prefieren permanecer siempre iguales por seguridad –¿miedo?– quedan inmaduros, infecundos”. 

En esa línea es que en su establecimiento crearon una propuesta educativa pensada para que cada docente sea un líder ágil, adaptable y en servicio, conocedor de la realidad y del mundo de sus nuevos educandos, y que “supere la vieja rutina, los viejos contenidos y la vieja manera de darlos. Proponemos un profesor que tenga las cualidades de un mentor; es decir, que aprenda a lograr transformaciones personales y colectivas”.

—¿Qué características debiese tener ese mentor?

—Su capacidad de liderazgo y sus cualidades de mentor deben poseer las siguientes notas: 

a) Ser conocedor de la realidad para mostrarles a sus estudiantes y hacerles entender lo que necesitan ser y hacer para estar adaptados a los nuevos tiempos. 

b) Ser descubridor de las potencialidades de sus estudiantes frente a los nuevos tiempos. 

c) Ser facilitador del despliegue de las potencialidades y talentos de sus estudiantes para que deseen dar lo mejor de ellos mismos. 

d) Ser optimista frente a los nuevos desafíos para motivar a que sus estudiantes deseen y elijan ser mejores personas y profesionales. 

Un profesor, cuenta Luis, se debate entre la disyuntiva de elegir ser un rutinario o un líder: “No hay término medio para quien tiene la vocación de enseñar. Esta elección se concreta en el día a día, ya que es en el hoy donde se actualizan y concretan todas las aspiraciones y los deseos humanos: el alumno espera hoy un profesor distinto. En INED tenemos las herramientas para formar y entrenar profesores que sean mentores de sus alumnos”.

—¿Cómo les ayuda a los alumnos contar con mentores, especialmente en tiempos de pandemia?

—En la innovadora propuesta educativa de INED concebimos las funciones del profesor mentor desde una doble dimensión: 

a) Como aquel docente designado por la institución, con sólidas competencias técnicas y científicas, una bien lograda base humana y moral, y un exquisito conocimiento de las personas, que acompañará y guiará a los estudiantes a la consecución de un fin o de unos objetivos. 

b) Como aquel docente que acompaña, protege, dirige, cuida, vela, ordena, favorece y está presente en la vida de aquellos estudiantes que le fueron confiados, de manera que estos logren desplegar todas sus capacidades personales. Por lo tanto, su servicio será útil y necesario. 

En definitiva, asegura Tesolt, el docente se convierte en un líder que sirve porque es servicio para otros. “Enseña desde un liderazgo motivador –nadie aprende de un docente triste, aburrido, apático, rutinario–, o sea, desde lo que se es. Por eso, para lograr ser un buen profesor mentor se requiere aprendizaje, entrenamiento y práctica y tiempo”. 

—En este aprendizaje se trabaja el ser y el hacer del docente, de manera que vaya adquiriendo las cualidades propias de un mentor –inspirador, motivador, líder en servicio, facilitador, culto– y logre un carácter adecuado –alegre, auténtico, generoso, sereno y equilibrado– en el que puedan apoyarse los aprendizajes adquiridos. Por todo esto, el profesor mentor imprime un estilo diferente a la institución educativa porque logra llegar a la esencia misma de los estudiantes –una educación que no llega a la esencia no puede ser educación–, a la vez que realza y potencia su ideario y el perfil de los egresados. Los estudiantes desarrollan mejor sus competencias si están acompañados, educados y formados por un profesor que tiene las cualidades de un mentor. El profesor que no es mentor sabe que sus alumnos tienen competencias; en cambio, el profesor mentor sabe que sus alumnos tienen competencias y facilita el despliegue de las mismas porque sabe cómo y para qué hacerlo ya que siempre tiene en mente el sentido de la educación. 

—Para el docente, ¿qué beneficios significa convertirse en mentor?

—Un docente mentor tiene una mirada más comprometida que aquel que no lo es: su ser y hacer es la clave para el desarrollo de los estudiantes en su completitud. Entendemos una competencia como una capacidad para realizar con éxito una tarea o una actividad. Pero las competencias no pueden ser desplegadas sólo sabiendo algunos conocimientos y técnicas: se necesita de un experto en humanidad, y ese es el profesor mentor. 

¿Cómo convertirse en mentor?

La propuesta que crearon en el INED se llama Aprendiendo y se concreta de la siguiente manera: 

  •   Capacitar y entrenar en herramientas de coaching y mentoring que faciliten una transformación del ser y del hacer en los asistentes. 
  •   Entrenar de manera continuada mediante sesiones de coaching y encuentros de mentoring. 
  •   Proceso de consultoría para gestionar y sostener un proceso de cambio y transformación permanente en las personas que trabajan en la institución. La transformación debe ser de lo que se es y de lo que se hace.

–El Programa consta de 12 encuentros, y entre los temas a trabajar están: conocerse a uno mismo para conocer a los demás, estar preparados para navegar en aguas turbulentas, somos lo que hacemos, la esencia de todo mentor, aprender a conocer al otro desde su propia realidad, aprender a escuchar con responsabilidad, compromisos y responsabilidad, emociones y liderazgo, los vínculos, misión, visión, valores, liderazgo en servicio. 

–Por otro lado, trabajamos con herramientas propias del coaching y del mentoring tales como distinciones, observador, liderazgo en servicio, estar siendo y hacer, competencias técnicas y genéricas, compromisos, actos del habla, emociones y estados de ánimo, aprendizaje productivo, escucha, valores.

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