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Abr 2024 - Edición 281

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¿Cómo me siento hoy?: Transitando por las emociones en el arte “Wasili Kandinski y el sonido de los colores”

Por: Daniela Díaz, Área Educativa, Museo Artequin.
¿Cómo me siento hoy?: Transitando por las emociones en el arte “Wasili Kandinski y el sonido de los colores”

Wasili Kandinski (1866 - 1944) fue un pintor de origen ruso, destacado pionero y teórico del arte abstracto. Al cumplir 30 años, abandonó el camino de la docencia y se dedicó al estudio de la pintura y, principalmente, del color, tema que le apasionaba por su capacidad expresiva de sentimientos y sensaciones. A poco andar, se da cuenta de que la representación en su pintura era secundaria y hasta perjudicial y, que la verdadera belleza de sus obras podía encontrarla en la riqueza cromática y en la simplificación de las figuras, es decir, en volver a lo esencial: forma y color. Mucho de este trabajo de exploración que realiza como artista y teórico del arte se resume en dos de sus escritos más destacados “De lo espiritual en el arte” de 1911 y “Punto y línea sobre el plano” de 1926.

 Basado en su enorme sensibilidad, Kandinski relaciona cada color con el sonido de un instrumento musical. ¿Cuál sería para Kandinski la definición de cada color?

El rojo, por ejemplo, es un color ardiente e inquieto. Puede asemejarse a los tonos claros de un violín. El color amarillo vibra e irradia desde el centro y parece salirse del cuadro acercándose al espectador. Su sonido es el de una trompeta o un clarinete. El verde evoca la calma y es poco dinámico. Se relaciona con los sonidos profundos y tranquilos de un violín. El color azul se mueve de forma concéntrica, alejándose del observador. Es un color puro y su sonido se asemeja al de un órgano o un violonchelo. El blanco y el negro los relaciona con la alegría y la tristeza, respectivamente. El blanco representa un mundo donde desaparece el color y nos provoca una sensación de alegría pura, y su silencio significa una pausa en la música. El negro es el color de la más profunda tristeza, evoca la muerte y la nada.

 También es una pausa musical, pero una pausa final luego de la cual comienza un mundo diferente. Si bien ambas son pausas, los sentimientos que nos evocan son de diferente naturaleza.

Actividad plástica sugerida para preescolar y primer ciclo básico

Se invita a los estudiantes a observar algunas obras del artista. Para propiciar la observación y el diálogo se sugiere comenzar con algunas preguntas tales como: ¿Qué colores vemos en la obra?, ¿qué sentimos al observarlos?, ¿qué sonido tendrán estos colores?, ¿y estas líneas, cómo sonarán?

Luego de eso, realizarán una obra experimental en la que podrán traducir a formas y colores distintas piezas musicales. 

Ofrecer a los estudiantes distintos materiales para que realicen sus herramientas de pintura, tales como plumas, pinceles, perros de ropa, tela, entre otros. Después de que tengan armadas sus herramientas, ofrecer papeles de gran tamaño, los cuales pueden disponerse sobre el muro o piso para pintar. Finalmente, se escogerán algunas piezas musicales diferentes y variadas para así realizar trazos dependiendo de las sensaciones que despierten en ellos. Motivarlos a utilizar los colores dependiendo de los diferentes ritmos y tonos. 

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