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Abr 2024 - Edición 281

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Experiencias de retorno

Sentarse en la sala de clases, saludar a los compañeros (respetando las distancias), ver al profesor en carne y hueso, son cosas que comenzamos a ver primero en escuelas de zonas extremas del país, pero que ahora se convirtió en la realidad de miles de colegios y jardines de Chile. Conversamos con algunos establecimientos para conocer el proceso de apertura.

Por: Verónica Tagle
Experiencias de retorno

Luego de ocho meses de ver a los alumnos por cámara, y solo a algunos de ellos, comenzó el desafiante momento de recibirlos nuevamente en el colegio. A fines de 2020, el Ministerio de Educación hizo llamado a los establecimientos educacionales a abrir las puertas, siempre y cuando las medidas sanitarias lo permitan y luego de un proceso de postulación.

Prueba, error y éxito

Pedro Larraín, director ejecutivo de Belén Educa, estuvo en el Colegio San Alberto Hurtado de Pudahuel, donde monitoreó el primer día de clases de casi cincuenta alumnos de tercero y cuarto medio y cuenta que el ambiente no fue tan festivo como se podría esperar. “El primer día siempre es más difícil. Tanto alumnos como profesores llegan muy conscientes de que hay que seguir un protocolo que ha sido preparado con mucho cuidado, guardando la distancia. Después de un rato se sueltan un poco más”, explica. Sin embargo, asegura que se percibió mucha alegría de volver a verse y que el hecho de que un alumno haya decidido levantarse temprano, vestirse y llegar, cuando llevaban todo el año con muy poca rutina, dice mucho de las ganas que tenía de volver. En general, los establecimientos comienzan con un 15 por ciento de asistencia y llegaron al 50 u 80 por ciento al poco tiempo.

“Se priorizaron estos cursos para que los alumnos puedan tener una última experiencia presencial antes de salir, y para que puedan asistir a sus talleres prácticos”, cuenta Larraín. Once de sus doce colegios alcanzaron a volver de alguna forma, ya sea con clases, tutorías a alumnos que necesitan apoyo emocional o talleres. “Siempre hemos tenido en el horizonte de que en algún momento hay que volver. Estamos conscientes de que las clases presenciales son fundamentales, pero no vamos a volver si no contamos con la seguridad para todos”, agrega.

Han ido aprendiendo de la experiencia. El primer establecimiento que estuvo en condiciones de volver, en la comuna de La Unión, tuvo que cancelar la apertura antes del inicio porque los apoderados no se sentían seguros desde el punto de vista sanitario. “Aprendimos muchísimo de ese proceso, porque entendimos que este es un camino que se debe hacer en conjunto con los apoderados y estudiantes. No basta con tener el interés de abrir. Hay que hacer un camino y contar con un propósito compartido, comunicar todo muy bien y escuchar expectativas y temores”, explica Larraín.

—¿Cómo lograr que toda la comunidad educativa se sienta cómoda con el retorno?

—En el caso de los profesores, ayudarlos a encontrarle el sentido más profundo a su labor, porque de ese compromiso nace la fuerza. Los apoderados se motivan cuando ven que en el colegio se están haciendo las cosas bien y el proceso es claro. Ahí ellos se acercan y acceden. Por último, los estudiantes, cuando se sienten cuidados y que el colegio se abre para ellos, se nota su disposición para volver.

—¿Cómo se están preparando para el 2021?

—Estamos haciendo planes de retorno como si no hubiese vacuna, con rebrotes, en escenarios negativos. En algún momento el ministerio nos va a pedir que volvamos con todos los cursos y con plan de estudio completo y hay que organizarse. Redactamos un marco fundacional que sienta las bases del retorno híbrido y estamos acompañando a cada colegio en la definición de detalles según sus contextos, realidades, tamaño, disposición.

—¿Lo mejor y lo peor de la pandemia?

—Lo mejor es que la incertidumbre nos ha obligado a resolver asuntos complejos de manera colaborativa, adaptándonos y escuchándonos. Las respuestas tradicionales no funcionan. Además, nos hemos maravillado con el compromiso de los docentes. Cómo se ha innovado con escasos recursos y se ha podido entregar esta educación de calidad de forma distinta. Lo más difícil, no tener a los alumnos en nuestras salas ni tener ese contacto personal y presencial entre el profesor y el alumno.

Tours a apoderados y estudiantes para dar seguridad

Liceo Industrial de la Construcción Víctor Bezanilla Salinas

En el Liceo Industrial de la Construcción Víctor Bezanilla Salinas, perteneciente a la RED de la Fundación Irarrázaval, explican el detallado protocolo de ingreso a clases: Usar mascarilla, ponerse el gel desinfectante, control de temperatura, limpieza de zapatos, formación en espacios demarcados, ingreso a la sala en grupos de cuatro y alcohol gel cuando se ingresa a la sala.

“En promedio, tuvimos una asistencia del 65 por ciento y hemos evidenciado en nuestros alumnos alegría, deseos de volver al colegio, de dialogar tanto con compañeros como con los docentes y asistentes de la educación. Hubo mucho interés por terminar el ciclo escolar, realizar las clases en los talleres de especialidades y hacer la práctica profesional”, cuenta Adela Cornejo Alarcón, jefa de la Unidad Supervisión y Evaluación del liceo.

Es esperable que muchos apoderados y docentes tengan cierto temor a enfrentarse a esta realidad. Es por eso que se efectuó una fase previa de inducción al retorno con la comunidad educativa, incluyendo centro de padres y de estudiantes, directivas de los cursos. Además, se realizaron visitas guiadas a los padres en la fase de preparación una vez que estuvieron todas las exigencias instaladas (señalética, aforo, termómetros, dispensadores de alcohol gel, lavamanos, etc).

—¿Cuáles son los mayores desafíos de dar clases presenciales en pandemia?, ¿y los mayores aprendizajes?

—Los mayores desafíos han sido brindar las mejores condiciones de seguridad para todos los integrantes, y en la perspectiva del trabajo pedagógico, lograr en corto tiempo que los estudiantes desarrollen habilidades y competencias tanto en la formación general como en cada una de las especialidades. Para los docentes el mayor desafío ha sido el tratar de avanzar en la nivelación de las brechas que se agudizaron en el sistema remoto.

Un gran aprendizaje ha sido el fortalecimiento del vínculo y el sentido de comunidad. Al mismo tiempo, el haber incorporado el uso de tecnologías y distintos recursos asociados a la plataforma Classroom y Zoom, son elementos que no podemos perder.

Clases por dos días

Liceo Industrial de Temuco

En el Liceo Industrial de Temuco, perteneciente a la RED de la Fundación Irarrázaval, se coordinó con los apoderados para saber quiénes querían volver y en total fueron 19 alumnos de Mecánica Industrial y 14 alumnos de Mecánica Automotriz, a quienes reúnen en grupos de diez. Como una forma de proteger la salud se ofrecieron buses de acercamiento.

Luego, una consulta digital a los apoderados y estudiantes para conocer el real interés en volver a clases presenciales, arrojó que solo las familias de cuarto y tercero medio estaban dispuestas a volver a clases, por lo cual se priorizaron esos cursos. Se formaron dos grupos de alumnos por cada especialidad; por ello, cada grupo asistirá una semana completa de 9:00 a 16:00 horas (lunes a viernes), con un almuerzo incluido, y luego lo hará el otro grupo.

Lamentablemente, este cuidadoso protocolo fue implementado solo dos días, dado que el retroceso de la comuna de Temuco los obligó a cerrar sus puertas.

—¿Cuál fue la reacción en la comunidad educativa cuando se enteraron del cierre?

—Por parte de los estudiantes, la primera reacción fue de decepción, pena y molestia. Yo los animé y les dije que apenas se pueda volver, vamos a continuar y ellos agradecieron la posibilidad. Los apoderados sintieron una especie de recriminación hacia la población de Temuco, porque producto de eso los niños no pudieron continuar.
Sin embargo, he visto que toda la comunidad educativa está muy consciente de la realidad que estamos viviendo y de los esfuerzos que el colegio ha hecho. Sentimos un apoyo permanente. Lo más probable es que terminemos el año en modalidad online, porque no se avizora una posibilidad de retornar, pero los estudiantes van a terminar su ciclo con los trabajos que han realizado. Hemos hecho muchos esfuerzos para darles todas las oportunidades posibles y que se pongan al día en lo que más puedan.

—¿Cuáles fueron los aprendizajes?

—Hemos comentado esto con la comunidad educativa y coincidimos en que el aprendizaje de apertura en pandemia es tremendamente relevante y potente. Ya sabemos cuáles son los puntos más importantes a tratar. Lo más valioso que aprendimos es que sí se puede volver a clases presenciales tomando las medidas necesarias.

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