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Abr 2024 - Edición 281

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Tamara de Lempicka: Retrato de Marjorie Ferry (1932)

“Mi meta: no copies jamás. Crea un estilo nuevo, colores claros y luminosos, y trata de descubrir la elegancia en tus modelos”.

Por: Daniela Díaz Rozas, Área Educativa, Museo Artequin.
Tamara de Lempicka: Retrato de Marjorie Ferry  (1932)

Maria Górska, conocida como Tamara de Lempicka, nace el año 1898 en Polonia, en el seno de una familia rica de la alta sociedad. Su inicio en la pintura fue precoz ya que a los 10 años había realizado su primera obra: un retrato de su hermana menor. Esta acción encendió en ella el espíritu inquieto que terminó por enamorarla de la pintura. A los 13 años realiza un viaje de seis meses a Italia junto a su abuela, allí descubrió el arte italiano del siglo XV, apreciando sus colores y admirando su precisión.

Tras emigrar a París, surgen problemas económicos que obligan a Tamara a pintar como medio de subsistencia, y en pocos años, gracias a su personalísima técnica y su elegante estilo (sumados a sus contactos por haber pertenecido a una clase acomodada), se convierte en la pintora de moda. Junto con ello, vuelven las fiestas, el lujo y algunos excesos.
Al estallar la II Guerra Mundial se marcha a Estados Unidos, donde continúa cosechando éxitos por algún tiempo, más como socialité que como pintora ya que el interés por el Art Decó estaba prácticamente extinto.

Su producción se centra en los retratos y desnudos al estilo del Art Decó: hombres con elegantes trajes, figuras femeninas etéreas, usando vestidos ligeros que parecen flotar, dedos largos y rostros de miradas lánguidas; los marcados contrastes de luces y sombras y las pinceladas firmes les dan a las figuras un aspecto escultural. Sus influencias son variadas y muy eclécticas, fusionando estilos artísticos antiguos como el cubismo y manierismos para lograr una obra moderna que representa temas de su época; de hecho, este mismo eclecticismo es uno de los aspectos más destacados de su obra. Sus retratos son una ventana a la alta burguesía adinerada y la decadente aristocracia del período entreguerras, pero siempre bajo un velo de seguridad, frialdad y extremo lujo. Las mujeres retratadas por Lempicka representan la opulencia y la eterna promesa de éxito al estilo Hollywood, las femme fatales deseables, modernas y “de mundo” de la primera mitad del siglo XX. A pesar de que a simple vista puedan verse como mujeres admirables, la frialdad de su mirada y las poses distantes las convierten en imágenes cargadas de simbolismo consumista propio de un mundo frívolo y decadente.

El “Retrato de Marjorie Ferry”, pintado en 1932, es una de las obras más emblemáticas de la artista y resume de manera perfecta su estilo. La fama de la pintora en el París de los años 30 aumentaba rápidamente y su trabajo era muy solicitado por la alta sociedad tanto europea como norteamericana. En este contexto, llega hasta ella el esposo de Ferry, quien le encarga su retrato. Marjorie está representada envuelta en una sábana de satén, con sus labios y uñas pintados de rojo, mirando al espectador con seguridad y sensualidad. La composición de la obra es sobria y arquitectónica con columnas blancas de piedra pulida que parecen elevarla al estatus de diosa observando desde un punto superior.

Actividad para estudiantes de segundo ciclo de educación media:

Se invita a los estudiantes a observar la obra propuesta en el texto anterior. Se sugiere realizar en primer lugar una lectura visual de la obra con preguntas como: ¿Qué podrá representar esta mujer? ¿Cómo creen que es? ¿Qué valores representa? ¿Cómo sería el período en el cual fue pintada? La conversación debe ser guiada a la reflexión en cuanto al prototipo femenino que Tamara de Lempicka retrataba y cómo este prototipo es reflejo de su tiempo.

Luego de la reflexión y conversación entre los estudiantes, invitarlos a imaginar cómo sería retratada una mujer en la actualidad: ¿Qué valores y características tendría? ¿Cómo sería su estética? ¿Qué actividades realizaría? Luego de ello, y utilizando la técnica que deseen o que escoja el docente, realizarán un retrato de esa mujer, puede ser un personaje real actual o inventado. El retrato debe reflejar todo aquello que han reflexionado.

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