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Abr 2024 - Edición 281

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Volver a leer

Pese a que, según las informaciones oficiales, se han observado algunos progresos en las mediciones de lectura, de igual forma se percibe un estancamiento general en los últimos años. ¿Por qué los alumnos siguen leyendo poco? ¿Por qué las humanidades muchas veces son desplazadas? Conversamos con expertos en la materia, quienes advierten de la importancia de la lectura, literatura e historia en la formación integral de los alumnos.

Por: Marcela Paz Muñoz Illanes
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Rápido y tajante responde el director del Liceo Bicentenario de Excelencia Politécnico Aquelarre en Teno, Héctor Gabriel Silva A.: “Estoy convencido de que debo ser la primera persona en demostrar interés de que la lectura es un proceso complejo y transversal, puesto que la lectura es el único y sencillo medio que me permite comprender mi cultura y la de otros; disfrutar y reflexionar sobre nuestra identidad, expresar opiniones de manera informada, valorar la diversidad del mundo y participar activamente en nuestra sociedad”.

El director de uno de los mejores colegios particulares subvencionados –no una vez, sino en varias oportunidades– es un convencido de la tremenda importancia que la lectura tiene dentro del proceso de formación integral de los alumnos. Se trata de una herramienta que, dice, permite ampliar “nuestros horizontes de expectativas, conocer el mundo sin viajar, desarrollar nuestra creatividad y, lo más importante, imaginar. Eso nos transmite la lectura, un pensamiento profundo y la aplicación o transferencia de los conocimientos del pensamiento de la vida, ya que pasamos a ser un agente activo que procesa y utiliza la información para solucionar problemas mediante el pensamiento crítico y creativo”.

No solo se observan importantes avances en la lectura en ese establecimiento, sino que además el Colegio Politécnico Aquelarre de Teno es el único de la provincia de Curicó que este año pasará a formar parte de la red de establecimientos Bicentenario del país.

Tan fuerte es el convencimiento del director sobre la importancia de la lectura y las humanidades en el proyecto educativo que ha logrado traspasarlo a toda la comunidad educacional. “Este trabajo nos ha rendido frutos debido, claramente, al constante desempeño, a la dedicación, motivación, amor y la cercanía con el estudiante que se genera al enseñar. Es así como los docentes de Lenguaje, a través de estrategias de comprensión, cuestionan y a la vez motivan la indagación y el descubrimiento de las ideas que se desean explorar, eso permite que se visualicen sus propios pensamientos, y promueven en ellos la comprensión, enfocándolos en las ideas y los conceptos fundamentales con un trabajo serio y constante”.

No se trata, asegura, de una tarea improvisada. Por el contrario, la clave está en “incorporar la lectura como parte de la vida cotidiana. Una persona que lee habitualmente, irá sumando herramientas a su desarrollo personal: análisis, reflexión, capacidad crítica, lenguaje y una mirada más amplia y diversa del mundo que la rodea”.

Galardonada el pasado año con el Premio Nacional de Historia, la académica de la PUC Sol Serrano, asegura que la lectura nos permite llegar y conocer lugares desconocidos. “Nos brinda una experiencia de intimidad con nosotros mismos y con otros; es un goce de la imaginación que nos lleva a mil mundos externos e internos; y es a la vez un ejercicio de comprensión, de análisis, de pensamiento crítico que nos permite no solo tener posiciones propias, sino, lo más importante, ser capaces de fundamentarlas”.

Señala que “con la lectura y las humanidades debe ocurrir antes que nada una experiencia de placer. Reiterar sus virtudes no sirve para nada si no se tiene la experiencia de su gusto. Lo demás viene por añadidura”.

Sol serrano, Premio Nacional de Historia 2018 y académica de la PUC.

Pero, ¿por qué hacerlas parte de la formación integral de los alumnos? “Las humanidades son el autoconocimiento de nosotros mismos como humanidad. Al contrario de las ciencias naturales, no enseñan resultados o sistemas, sino que develan el sentido de aquello humanamente construido que obviamente comprende nuestra relación con la biología y la naturaleza. Las humanidades desarrollan una forma de pensar sobre nosotros mismos. Agrego que no debemos endosarle ni la lectura ni las humanidades y las artes solo a la educación escolar”, advierte Sol Serrano.

No debemos dejarlas de lado. “Esas disciplinas constituyen, sin lugar a dudas, el proceso más importante dentro de la educación, porque es transversal dónde nos situamos a la creación de una obra literaria que está determinada por una sociedad, pues refleja preocupaciones y cuestionamientos comunes del ser humano. Es por eso que la lectura y las humanidades, o bien los libros, son la mejor arma que debe tener un ser humano, porque nos permite tener una mirada crítica para evidenciar el sesgo, la ideología y los intereses de un texto, es por eso que leer es comprender la ideología que está detrás de un relato”, dice el director del Colegio Aquelarre.

“Sin duda, porque los alumnos viven y conocen mundos diversos en su propia imaginación, que hacen suyos de forma creativa. La lectura no es una recepción de lo escrito, es consciente o inconscientemente un diálogo que enriquece nuestra relación con nosotros mismos, con los otros, con la vida humana en el tiempo y en el pensamiento”, señala Sol Serrano.

“Las familias son cruciales y el entorno en que se vive. Muchos niños no han tenido esa oportunidad en sus familias y la escuela debe introducirlos en ello. Con mayor razón, ojalá se enseñe como un gusto (la lectura) y no como un deber”.

En ese sentido, dice la académica de la PUC, los profesores saben mejor que nadie cómo motivar a los alumnos. “Sólo insistir en que la motivación nace del gozo. Y que también escribir es una forma entretenida de entrar en este mundo de la palabra”.

En el currículo, pero con estrategias concretas

La lectura, como antes ha dicho Sol Serrano, constituye un aporte significativo para la formación de los alumnos. Por ello, señala la directora de Fundación Había Una Vez, Magdalena Palma, “las humanidades, y en particular la lectura, debiesen ser parte fundamental de la fundación de la persona, entendiendo la lectura como una herramienta transversal y no como una componente solo acotada al área de Lenguaje”.

El tema es lograr motivar y utilizar estrategias concretas para que las humanidades se integren de forma definitiva y real en el currículo. Si hablamos de fórmulas concretas, en el Colegio Aquelarre ya lo han hecho. “Las estrategias radican en la formación y el hábito; cómo relacionar los textos con los conocimientos y experiencias, son estas experiencias que se deben generar desde pequeños; nosotros como institución mantenemos un proyecto lector desde el primer ciclo básico, donde los pequeños estudiantes asisten al CRA (Centro de Recursos del Aprendizaje), para vivir la experiencia de sumergirse en un mundo ficticio, a través de un cuentacuentos llamado “cuentina rayo de luna”, es así como nuestra profesora da vida a un personaje y enseña valores, como también reflexiones según las experiencias que determina cada historia”.

“Quien lee más, comprende más, y así se empiezan a facilitar los caminos del aprendizaje y también se enriquece el mundo interior”.

En el segundo ciclo y enseñanza media, los alumnos durante 20 minutos “todos los días de la semana”, leen el libro correspondiente al plan lector y junto con eso desarrollan una síntesis para fortalecer la comprensión y el desarrollo de la escritura. Ello, porque –cuenta orgulloso el director– “la motivación que se genera en nuestros alumnos al momento de desarrollar la lectura, es el compromiso que existe por parte de todo el cuerpo docente, como también directivos, además de los asistentes de la educación; quienes pausan sus labores para desarrollar un hábito de lectura en toda la comunidad educativa. Es por eso que cuando un niño ve leyendo a un adulto, llama su atención y genera un pensamiento positivo para imitar sus conductas. Así es como mantenemos con mucho éxito nuestro programa de fomento lector, porque tanto alumnos como trabajadores nos comprometemos a mejorar una habilidad compleja y que cada vez se hace más difícil”.

Cuenta el director que, en una “sociedad tan desigual, con tanta carencia espiritual, con tanta maldad que vemos día a día, la literatura o la lectura permiten que ampliemos nuestro horizonte de expectativas, nada es más maravilloso que conocer otras culturas, ideologías, pensamientos y sentimientos de pueblos, es por eso que debemos incentivar la lectura para que tengamos una sociedad más pensante, que opine con fundamentos y que conozca el mundo a través de la imaginación”.

En su experiencia, los alumnos se motivan viendo el ejemplo de los mayores. “Les diría a todos los profesores que deben causar la curiosidad de sus alumnos, los deben ver leer, y ellos entenderán que es una práctica compleja pero positiva, que trae más frutos que disgustos, que se genere un hábito lector dentro de los colegios, y me refiero a toda la comunidad educativa porque todos somos importantes. Como establecimiento se deben poner metas y propósitos por la lectura, donde se deben activar los conocimientos previos, que se generen estrategias de enseñanza como el eco de la lectura, el proceso de síntesis, la anticipación y la evaluación a los textos. Hoy los niños tienen miedo a leer, somos los grandes responsables de que eso suceda y somos los únicos que podemos mejorar esa situación”.

Motivar, pero en un mundo muy tecnologizado…

Cuenta el director del Colegio Aquelarre que “en la época que yo estudié no existía tanta tecnología, herramienta que hoy en día nos simplifica la vida, pero también nos distrae sobremanera al momento de aprender. Es así que el reglamento de nuestro colegio prohíbe estrictamente el uso de teléfonos móviles por parte de los alumnos dentro del establecimiento. Los apoderados firman el documento teniendo en cuenta las condiciones con las que trabajamos, eso permite que el alumno se recree, genere habilidades comunicativas y a través de la lectura genere un pensamiento crítico”.

Relata el director del Liceo Bicentenario de Excelencia Politécnico Aquelarre en Teno, Héctor Gabriel Silva, que su establecimiento posee áreas verdes y lugares donde existe la tranquilidad y el silencio para comprender y disfrutar un texto. “Es por eso que el departamento de Lenguaje y Comunicación del establecimiento ha creado diversas actividades enfocadas en el desarrollo de la lectura; como la feria del libro, realizada por cada curso que crea un stand, vende sus libros y uno de sus integrantes da vida a un personaje literario”.

“Los docentes de Lenguaje, a través de estrategias de comprensión, cuestionan y a la vez motivan la indagación y el descubrimiento de las ideas que se desean explorar, eso permite que se visualicen sus propios pensamientos, y promueven en ellos la comprensión, enfocándolos en las ideas y los conceptos fundamentales con un trabajo serio y constante”.

Para el Día del Libro se crean las “puertadas”, es así como todos los cursos, en la entrada de cada sala, crean una portada gigante del libro que más le ha llamado la atención al curso. Otra actividad que se ha desarrollado es la lectura puertas afuera; donde alumnos en grupo, acompañados de un docente, van disfrazados por el centro de Teno, regalando breves cuentos y leyendo poemas a las personas de la comunidad. En la más reciente ocasión visitaron hogares de ancianos, como también el cuartel de Carabineros, donde fueron bien acogidos e incentivaron a la comunidad a leer y a conocer su importancia.

“La actividad más atractiva corresponde al café literario, donde alumnos de todos los niveles conocen a escritores con larga trayectoria, que nos comparten sus anécdotas, motivación y pasión por la literatura. Son los mismos alumnos quienes desarrollan preguntas y viven el día a día de un famoso escritor”, finaliza el director del Colegio Aquelarre.

¿Cómo trabajar la comprensión lectora en el aula?

  • Promover que la lectura tenga un espacio acotado, conocido por los estudiantes y relacionado con su vida y experiencia cotidiana.
  • Abrir espacios de lectura oral guiada por el docente, donde los alumnos puedan escucharse y comprender lo que están leyendo.
  • Realizar preguntas antes, durante y después de la lectura, para identificar información explícita, realizar inferencias, evaluaciones, comentarios o establecer otra relación con el texto.
  • Enseñar explícitamente estrategias de comprensión lectora a los estudiantes, que puedan aplicar y  luego evaluar si entendieron el texto.
  • Promover espacios donde sean los propios alumnos quienes elijan lo que quieren leer.
  • Aumentar la variedad y disponibilidad de textos en sus temas, formatos y tipos.

Fuente: Agencia de Calidad de la Educación.  

 

 

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