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Bullying, preocupante aumento en los colegios

Las cifras hablan por sí solas: un 26 por ciento aumentaron las denuncias por bullying, pasando de 2.978 en el año 2017 a 3.754 durante el 2018. Sobre este tema y su impacto en el aprendizaje de los alumnos, conversamos con el ex Superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo, y con Yalilé Said, experta en el tema y asesora de convivencia escolar.

Por: Marcela Muñoz Illanes
Bullying, preocupante aumento en los colegios

Asegura el ex Superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo (SI), que las denuncias de bullying han aumentado de manera significativa, siendo las más frecuentes aquellas que se relacionan con el maltrato a estudiantes, las cuales representan un 47% de todas las denuncias recibidas por la Superintendencia. Sucede que, dentro de la categoría de maltrato entre estudiantes, “la submateria más frecuente en hombres es el maltrato físico, y en mujeres, el maltrato psicológico”.

Por el contrario, advierte Yalilé Said (YS), directora general de Incoorpora, pese al incremento en los problemas de bullying, “los colegios que abordan la convivencia escolar y que además lo hacen en observancia a la normativa educacional, respetando exigencias como el debido proceso, la prohibición de todo tipo de discriminación arbitraria y los principios de inclusión y participación, logran ambientes sanos que son favorables para el desarrollo de las distintas metodologías que posibiliten los aprendizajes”.

“Como dice la evidencia empírica, las dificultades de convivencia que se dan al interior de una comunidad educativa afectan enormemente los procesos de aprendizaje de los estudiantes”, Sebastián Izquierdo.

Cuando un alumno está atendiendo una clase donde su profesor intenta enseñar algo, es toda la experiencia del alumno la que permite u obstaculiza la posibilidad de un aprendizaje significativo. “Si el estudiante viene llegando de un recreo donde ha sido amenazado por un compañero de curso, si además recibe constantes burlas en la sala y, si cada vez que intenta participar, es ridiculizado por sus compañeros, es muy difícil que pueda concentrarse, restarse de las emociones que genera en él todo el clima adverso y aprender. Por otra parte, si en la sala de clases existe una sana convivencia escolar, donde se escuchan y respetan opiniones diversas y se genera un clima participativo, entonces las probabilidades de que los estudiantes puedan generar aprendizajes de calidad aumentan significativamente”, asegura Yalilé Said.

—¿Cuánto se han incrementado los problemas de convivencia escolar?
—(YS) Si revisamos las estadísticas de denuncias por “maltrato a estudiantes” de los tres primeros trimestres de los años 2016, 2017 y 2018, es posible verificar que estas han aumentado en número y en porcentaje respecto de las denuncias totales recibidas. Lo más probable es que esta tendencia siga al alza, toda vez que la sociedad está más empoderada respecto de sus derechos y que los canales para hacer denuncias son más expeditos. De ahí que es importante que los colegios consideren esto como una constante y estén preparados para hacer frente a estas denuncias con las evidencias que respalden su actuar.

—¿Cuánto afectan los problemas de convivencia escolar en el aprendizaje?
—(SI) Como dice la evidencia empírica, las dificultades de convivencia que se dan al interior de una comunidad educativa afectan enormemente los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Una mala convivencia, por ejemplo, afecta negativamente el logro académico de niños, niñas y jóvenes, limitando la posibilidad de que puedan enfocarse adecuadamente en las tareas educativas.

Asegura el superintendente de Educación que la situación anterior sucede de distintas formas. “Por ejemplo, en el caso del bullying, este fomenta el ausentismo escolar y disminuye la autoestima. ¿Cómo se espera que pueda aprender un alumno que está siendo constantemente cuestionado por sus capacidades cognitivas?”.

—¿Cuáles son los principales problemas que tienen los colegios a la hora de enfrentar los problemas de convivencia escolar?
—(YS) Creo que hay dos grandes momentos en la gestión de la convivencia escolar al interior de cada escuela. En primer lugar, está la elección de la forma en que se abordarán los conflictos en la comunidad educativa. Respecto a ello hay una serie de modelos distintos y cada colegio debe escoger aquel que se relacione más con su proyecto educativo, en este sentido hemos visto modelos diversos y varios de ellos con buenos resultados.
En segundo lugar, está la implementación y gestión del modelo escogido al interior de la escuela, y aquí –me atrevería a decir– se encuentra gran parte de los problemas de los colegios. Muchos establecimientos escogen un modelo que no es aplicado por todos los adultos de la escuela de la misma forma, por lo cual se producen diferencias a la hora de enfrentar los conflictos; en otros casos, las escuelas no adaptan sus reglamentos y protocolos a sus nuevos modelos, lo que las lleva a actuar de una forma distinta a su propia normativa. En todos los casos anteriores los colegios se exponen a sanciones por parte de la Superintendencia, toda vez que esta fiscalizará que los colegios actúen en concordancia a sus propios reglamentos y a la normativa educacional vigente.

Es común para nosotros escuchar en los colegios frases como “Es que cada vez que sancionamos a un estudiante, la Superintendencia nos multa” o “La Superintendencia solo escucha a los apoderados”, y la verdad es que la Superintendencia solo contrasta las evidencias y exige el cumplimiento de la normativa. Si un colegio tiene un reglamento interno ajustado a la normativa educacional, y frente a situaciones de convivencia escolar procede según indica su propio reglamento, resguardando tener las evidencias que respalden su actuar, entonces podrán abordar todas las situaciones de convivencia escolar aplicando medidas disciplinarias en caso que así corresponda, sin arriesgarse a sanciones por parte de la entidad fiscalizadora.

Finalmente, una buena gestión de la convivencia escolar debe siempre ir de la mano de un buen reglamento, el que tiene el potencial de transformarse en el guardián de la gestión del colegio.

—¿Qué estrategias recomiendan implementar para promover una sana convivencia?
—(SI) Hay dos medidas que son muy importantes para considerar. En primer lugar, es muy relevante que se actualice (según la norma y las necesidades), utilice y difunda el reglamento interno en cada comunidad educacional. No hay que olvidar que es una herramienta que nace precisamente desde la comunidad escolar, con el objetivo de velar por que exista un buen trato y una buena convivencia entre los miembros de la comunidad escolar.

En segundo lugar, es necesario trabajar en el desarrollo de habilidades que permitan una resolución interna de los conflictos. Por esta razón es que estamos trabajando en un Plan General de Mediación, que nos permita aportar en esta materia, para evitar así que se quiebren las confianzas y para que se respete la autonomía de los establecimientos.

—¿Qué sucede con la convivencia entre los propios docentes?
—(SI) Otra arista muy importante que preocupa a la Superintendencia es la violencia contra profesores. No debemos olvidar que el maltrato contra ellos, ya de por sí grave, también incide en el logro escolar de sus estudiantes, entre otros mecanismos, fomentando el ausentismo docente y disminuyendo la motivación por hacer clases.

La Superintendencia de Educación tiene la tarea de fiscalizar el uso de recursos y el cumplimiento de la normativa educacional, atender las denuncias y reclamos, y establecer sanciones, de manera que las escuelas cumplan con las necesidades mínimas que los estudiantes requieren.

Según cifras de la OCDE, que tienen relación con la prevalencia del bullying, estamos en el promedio. Aún nos queda camino para avanzar en esta materia, por lo que es fundamental que desde los distintos actores podamos ser un aporte para la construcción de una buena convivencia y, por ende, de una mejor educación.

Recomendaciones a seguir

  • Los colegios deben considerar que todas las denuncias que llegan a la Superintendencia de Educación son revisadas y contrastadas con las evidencias que los colegios puedan proveer.
  • El registro válido para dar cuenta de las distintas situaciones que tengan relación con un estudiante es siempre el libro de clases.
  • Cada entrevista o reunión debe ser respaldada con un acta que cuente con la fecha, individualización de los participantes, los acuerdos tomados y las firmas correspondientes.
  • Se deben seguir siempre los pasos que indique el propio reglamento y protocolos de los colegios.

Más info: denuncias.supereduc.cl/pages/consultas/consultas.aspx

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