En el Ministerio de Educación están convencidos de la importancia de formar a los jóvenes en nuevas herramientas que les permitan desenvolverse con éxito en su vida profesional.  De hecho, asegura Alejandra Arratia, coordinadora de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, se busca incorporar “las llamadas habilidades blandas que son un componente relevante de la formación integral de los niños, jóvenes y adultos a lo largo de su trayectoria educativa, y el currículum nacional promueve que se trabajen de forma intencionada y sistemática en la experiencia escolar, en los distintos niveles educativos”.

La nueva propuesta curricular, actualmente en plena discusión, busca promover el logro de las competencias necesarias para desenvolverse en el mundo actual, y por ello, un componente fundamental de esta iniciativa es el desarrollo de habilidades referidas a formas de pensamiento, de trabajo y de interacción con otros, tanto en el plano cognitivo como en el socioemocional.

—¿Las habilidades blandas forman parte del currículo?

—Las habilidades que permiten a las personas interactuar con otras de manera efectiva, actualmente no solo forman parte del ámbito laboral, sino que también se promueven en el proceso educativo y formativo que se vive en las escuelas. En este sentido, la Ley General de Educación (2009) define la educación como un proceso de aprendizaje permanente que apunta al desarrollo integral de las personas, y cuando expresa esa finalidad considera el desarrollo desde la educación parvularia de habilidades que permitan el autoconocimiento, la autorregulación, la comunicación, el desarrollo de la empatía, del respeto, de la capacidad de emprender y de trabajar con otras personas, entre otras.

En esa línea, las llamadas habilidades blandas son un componente relevante de la formación integral de los niños, jóvenes y adultos a lo largo de su trayectoria educativa, y el currículum nacional promueve que se trabajen de forma intencionada y sistemática en la experiencia escolar, en los distintos niveles educativos.

—¿Cómo impactan en el desarrollo profesional de los jóvenes?

—El desarrollo integral de las personas durante su trayectoria educativa apunta a favorecer la construcción de proyectos de vida y procesos educativos y laborales como base para el logro del bienestar personal y social. Por ello, una educación de calidad, integral e inclusiva, por cierto busca favorecer que los jóvenes y adultos en su crecimiento profesional cuenten con las competencias que les permitan desarrollarse de forma emprendedora, innovadora, creativa y responsable en sus trabajos.

—¿Se estaría terminando con la creatividad  y formación de alumnos dispuestos a innovar en el aula?

—Efectivamente, existen voces que miran con preocupación muchas prácticas que tienden a la estandarización de los aprendizajes y a la falta de oportunidades reales para el desarrollo del pensamiento creativo, divergente y reflexivo dentro de la escuela. Como parte del proceso de diagnóstico para el desarrollo de las bases curriculares de Tercero y Cuarto medio, hemos recogido que esa impresión es compartida por muchos docentes y estudiantes, lo que se expresa en una preocupación por los espacios para el logro de una formación integral como la que define la Ley General de Educación.

Compartiendo diversos aspectos de ese diagnóstico, es importante que en los procesos de apropiación y desarrollo del currículum en las escuelas, se favorezcan espacios de trabajo que potencien la creatividad, la reflexión crítica y la capacidad de impulsar proyectos de diversa índole, que apunten tanto al desarrollo personal de los propios estudiantes, como al de su comunidad educativa, local o nacional. Esta idea fuerza ha estado en la base, por ejemplo, de la propuesta de bases curriculares que está en proceso de consulta pública en este momento.

—¿De qué manera la familia puede trabajar con la escuela en estas mejoras?

—El rol de las familias y las escuelas es muy relevante, por lo que resulta muy importante que las comunidades educativas se fortalezcan de para poder colaborar de modo consistente y articulado en la formación de los y las estudiantes.

En lo que respecta a cómo educar estas cualidades, un primer aspecto a considerar es que ellas constituyen habilidades que se pueden aprender y mejorar a lo largo de la vida.

Entonces, la clave está en generar espacio para que los niños, jóvenes y adultos enfrenten tareas desafiantes que les permitan poner en juego la perseverancia, la curiosidad, la capacidad de enfrentar y resolver problemas, además de fortalecer la autoconfianza.

¿Están preparadas las escuelas para los cambios en el currículo?

Lo importante es favorecer la profesionalización docente mediante la generación de espacios de apropiación, de trabajo colaborativo y de discusión, así como también de apoyos concretos en la línea de formación en servicio, para aquellos aspectos que lo requieran.

Respecto de la formación inicial, la ley que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, se establecen diferentes definiciones que apuntan a fortalecer la formación de los futuros profesores y profesoras.

Esa misma ley busca, también, resguardar el tiempo de trabajo colaborativo y de reflexión profesional, así como el establecimiento de un sistema de formación continua en servicio, lo que resulta fundamental para apoyar los procesos de cambio curricular.

Si quieres participar en la  consulta sobre bases  curriculares, ingresa a  www.curriculumen lineamineduc.cl/605/ w3-article-38116.html