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Abr 2024 - Edición 281

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Tenemos que ponernos pantalones largos con la educación inicial

La educación inicial se caracteriza —más que ningún otro nivel educativo— por crear oportunidades de aprendizaje. Sin embargo, el ingreso tardío de parvularias a la Política Nacional Docente afectaría a 195 mil niños. De todo aquello conversamos con el director de Elige Educar, Hernán Hochschild.

Por: Marcela Paz Muñoz Illanes

Quienes se desempeñen en establecimientos educacionales podrán sumarse en 2018 al proyecto de carrera docente, mientras que los que estén contratados en jardines Junji, Integra y los de Vía Transferencia de Fondos (VTF) lo podrán hacer a partir de 2020, según información oficial entregada por el Ministerio de Educación.

¿Cómo afecta esta noticia a los menores, particularmente a los más vulnerables?

Hay dos dimensiones complejas y una acotación a considerar. Partiendo por la acotación; no es todo educación de párvulos, sino las etapas anteriores a la escuela. Respecto a las dimensiones, lo primero es la señal que damos al sistema. Constantemente decimos que la educación inicial es fundamental, lo más importante, y que Chile tiene que hacer esfuerzos en esta dimensión para alcanzar mayor equidad en los aprendizajes. Pero al momento de concretar ese discurso, nos hemos caído sistemáticamente como país. Por lo que el mensaje termina siendo que este tema no es prioridad. Es prioridad según la investigación, según el discurso, pero no en la práctica.

En segundo lugar, efectivamente corremos el riesgo de seguir despotenciando la educación inicial y el rol de los educadores iniciales en etapas tempranas. Si en concreto las otras pedagogías se vuelven más atractivas en lo remuneracional, la educación inicial va a verse desfavorecida en su capacidad de atracción y retención, lo que va en contra de las intenciones de aumentar cobertura y mejorar el coeficiente de educadores por niño. Esto será más fuerte en los lugares de mayor complejidad social.

¿Qué consecuencias tiene aquello respecto de los objetivos de mejorar la carrera docente propuestos por la Política Nacional Docente?

—Los mayores efectos pueden estar sobre las políticas de infancia. En educación inicial estamos muy atrasados como país. No así en los otros niveles. Por eso era importante dar un empujón con esta política. Es positivo que se incluyera la educación inicial y eso hay que reconocérselo a este gobierno, pero el ritmo es lento y, si no actuamos hoy con fuerza, difícilmente nos pondremos al día en educación inicial. Con los tiempos propuestos, los plazos de mejora no dan.

¿Qué impactos tiene la educación inicial sobre la posibilidad de reducir la brecha en educación que tiene el sistema chileno?

—Es clave, pero no cualquier educación inicial. La calidad aquí es central, no negociable. Un buen proceso en esta etapa reduce gran parte de las diferencias de contexto. Nivela la cancha con un impacto comparable solo a algunas pocas políticas de educación escolar y muy por sobre cualquier esfuerzo que podamos hacer como país en educación superior. La educación inicial es la verdadera educación superior, ahí se superan las desigualdades.

¿Qué efectos tendrá la creación de una Subsecretaría de Educación Parvularia?

—La subsecretaría por sí sola no implica nada. Sabemos que se está haciendo un esfuerzo importante dentro del ministerio por avanzar con este tema, como con el reconocimiento oficial de los jardines, y que se ha incluido en la mayoría de las políticas la educación inicial. Pero siempre queda en la “mesa del pellejo”. Tenemos que ponernos pantalones largos con la educación inicial, asumir el costo político de no tener beneficio político y priorizarla como una política nacional de largo plazo, que reestructure el sistema de educación inicial, y que transforme la docencia de esta etapa educacional, en lo que verdaderamente es: una profesión de altísima complejidad y de un impacto casi inigualable.

Destacado:

Según un análisis de Elige Educar, el retraso en el ingreso de estos profesionales a la carrera docente implica postergar el impacto para que mejoren las condiciones de enseñanza en los niños. Existen 433 mil menores vulnerables matriculados en el sistema; el 35% de ellos, es decir unos 151 mil, asisten a establecimientos de Junji, Integra o VTF.

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