Durante la conversación con Educar Conectados, Chávez explicó que el aporte de la inteligencia artificial a la educación se puede observar desde distintos ámbitos. Uno de los más relevantes es su capacidad para agilizar los procesos de producción de recursos y experiencias educativas más personalizadas, capaces de adaptarse a las necesidades específicas de cada estudiante. Además, señaló que estas herramientas permiten a los docentes administrar mejor sus materiales, generar nuevas versiones de actividades y optimizar tiempos en la planificación.

Sin embargo, advirtió que el valor esencial de la educación sigue estando en el vínculo humano entre el profesor y sus estudiantes. “La IA puede ayudarnos a generar actividades o contenidos, pero nunca reemplazará la interacción en el aula. Es el docente quien conoce a sus alumnos, quien puede detectar sus dificultades y acompañarlos en su proceso de aprendizaje. La inteligencia artificial se convierte, entonces, en un aliado que potencia la labor del profesor”, enfatizó.

Respecto de las dudas o temores que todavía existen en torno a la utilización de la IA en las salas de clases, Iván Chávez fue claro: “Lo que suele frenar su adopción es el desconocimiento. Nos pasó lo mismo cuando apareció Internet. Hoy nadie cuestiona que los alumnos busquen información online, pero al principio también se pensaba que eso era copiar y pegar. Con el tiempo aprendimos a usarlo bien. Lo mismo va a pasar con la inteligencia artificial”. En esa línea, subrayó la importancia de que los docentes se capaciten y trabajen en red para compartir buenas prácticas y enfrentar juntos los desafíos que plantea este nuevo escenario.

Uno de los principales retos, a juicio del experto, es que los estudiantes sean capaces de desarrollar pensamiento crítico frente a los contenidos generados por la inteligencia artificial. Por eso, propuso incorporar estas herramientas dentro de las actividades escolares, pero acompañadas de espacios de análisis y discusión. “No se trata de prohibir su uso, sino de enseñar a los estudiantes a discernir, contrastar y tomar decisiones informadas”, explicó. Ejemplificó esto con un ejercicio concreto: pedir a los alumnos que utilicen distintas IA para generar un ensayo, traer los resultados a clase y analizarlos en conjunto.

Finalmente, Iván Chávez abordó otro desafío relevante: la democratización en el acceso a estas herramientas. “Muchas de las plataformas de IA comienzan siendo gratuitas y luego se vuelven pagadas. Si no trabajamos en garantizar el acceso equitativo, corremos el riesgo de aumentar la brecha entre quienes tienen recursos y quienes no”, advirtió. Por ello, insistió en la necesidad de integrar la IA a los procesos educativos de forma responsable, con reglas claras y con el acompañamiento de los docentes.

“La inteligencia artificial llegó para quedarse, pero no viene a reemplazar a los profesores. Por el contrario, viene a potenciar su trabajo, permitiéndoles generar experiencias de aprendizaje más atractivas y significativas para sus estudiantes”, concluyó.