Antes que nada, le preguntamos: ¿Cuáles son las falencias más graves de la educación chilena? Se tomó su tiempo, y las empezó a enumerar una a una: ‘El bajo rendimiento escolar, especialmente en los establecimientos municipales’. En eso tiene mucha razón, ya que según las cifras oficiales se ha producido una fuga importante de los alumnos municipalizados a los particulares subvencionados: ‘Se cree que cerca de 60.000 emigrarán al sector subvencionado’. Las razones: quizás los prolongados paros de profesores y los escasos resultados académicos, entre muchos otros problemas.

A ello se agrega, la falta de especialización de profesores de Educación Básica y el excesivo número de alumnos por curso, lo que en definitiva dificulta el aprendizaje de los niños y el manejo de los profesores de sus planificaciones de clases.

El problema es que ese ‘excesivo número de horas frente al curso no dejan los espacios suficientes para la reflexión, el diálogo, el compartir experiencias y la preparación de clases’. Está claro que en eso tiene razón, porque una de las quejas más frecuentes del profesorado es la falta de tiempo para preparar sus materias y para no llegar en blanco a cada una de las sesiones.

Pero, ¿qué pasa con las mediciones y la búsqueda de resultados?
– ‘La educación se ha centrado de manera prioritaria en los resultados de las mediciones a nivel nacional e internacional, descuidando gravemente la formación integral de los alumnos, especialmente lo relacionado con ética y los valores’. En ese sentido, uno de los errores de la instauración de la jornada escolar completa es que se ha confundido con horario completo excesivo frente a alumnos e impartiendo talleres u otras actividades para los cuales el profesorado no está suficientemente preparado o simplemente haciendo más de lo mismo.

¿Qué piensan hacer como Facultad de Educación en los próximos meses?
– Los esfuerzos estarán centrados este año especialmente en fortalecer la formación del profesorado, lo que significa atender sus necesidades y demandas. Para ello vamos a organizar seminarios dentro de las áreas de Educación y potenciar investigaciones en las líneas de calidad de la Educación y Pedagogía Social’.

Peticiones al nuevo ministro

Recién asumido Joaquín Lavín, el nuevo ministro del ramo tiene mucho que hacer. Pero le entregamos un manual, quizás una pequeña ayuda de memoria. Tal como nos dijo el decano de Educación, algunas de las peticiones serían:

1. La creación de una instancia que reúna a los Decanos de las Facultades de Educación de las Universidades del Consejo de Rectores y de las Universidades Privadas (Consejo de Decanos de las Facultad de Educación del Consejo de Rectores y Agrupación de Decanos y Directores de Escuelas de Educación de las Universidades Privadas).

2. Las profesoras y profesores de aula y docentes superiores mejor evaluados deberían tener prioridad para ocupar cargos en los actuales Departamentos Provinciales, Secretarias Ministeriales y a nivel central en el Ministerio de Educación. Lo mismo debería ocurrir con los nuevos organismos que se creen. Se deberían fijar los perfiles de los profesionales que ocupan los diferentes cargos, como igualmente los títulos y grados académicos que deben poseer.

Lo anterior, sin perjuicio de que en ‘la formación de comisiones se incluyan profesionales del Ministerio de Educación, docentes, profesores de aula y representantes de las Facultades de Educación y del Colegio de Profesores para la implementación de los programas’.

Y en lo que se refiere a las mediciones, para Horacio Marín es importante que se evalúen los distintos programas del Ministerio de Educación, como también los procesos de acreditación de la CNA (Comisión Nacional de Adreditación) y de las agencias acreditadoras.

En todo caso, quizás una de las principales prioridades debiera ser a su juicio: ‘Fomentar un nuevo trato hacia el profesorado, terminando con el desprestigio de los educadores. La clave es lograr restablecer el respeto que se merecen por parte del alumnado, padres, apoderados y la sociedad en general’.
Lo importante ‘es relacionar además la calidad de la educación con la calidad de vida del profesorado’, por ser ellos los pilares fundamentales y forjadores del alma futura de nuestra nación.

¿Quién es quién?

Dr. Horacio Marín García: Profesor de Castellano, Pontificia Universidad Católica de Chile; Licenciado en Educación con postgrado en Administración Educacional, Organización de Estados Iberoamericanos Madrid – España (1984). Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Educación a Distancia España (1998).

Fue Vicepresidente Nacional del Colegio de Profesores de Chile y Director para América Latina y el Caribe del Consejo Mundial de Educación.

Actualmente, además de Decano de la Facultad de Educación de la Universidad Mayor, preside la Agrupación de Decanos y Directores de las Escuelas de Educación de las Universidades Privadas. Y por Decreto Presidencial es miembro del Consejo Consultivo del Servicio Nacional del Adulto Mayor.