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Dic 2024 - Edición 289

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Bárbara Pino, Relatora de Grupo Educar: “No existe una sola forma de aprender”

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Los estilos de aprendizaje nos dicen que cada persona aprende de manera diferente y absorbe los contenidos de manera distinta, por esto es esencial utilizar los cinco sentidos en la sala de clases. Conversamos con Bárbara Pino, psicopedagoga y experta en estilos de aprendizaje. Actualmente jefa de UTP del Colegio Puelmapu.


 

Por Magdalena Silva

¿Cómo puede ayudar el estudio de la Neurociencia a un profesor?

La Neurociencia nos enseña de qué forma se percibe la información que está en el medio ambiente, de qué manera y en qué orden es su proceso en el cerebro, y cómo se elaboran respuestas a partir de determinados estímulos. Contar con ese conocimiento, sin duda, puede ayudarnos a preparar nuestras clases para llegar a todos los alumnos posibles, utilizando la mayor cantidad de alternativas en las que el cerebro absorbe y trabaja con la información.

¿Qué recursos debe tener en cuenta un docente a la hora de hacer su clase?

Dependiendo del momento: ya sea al inicio, desarrollo o cierre de la clase, los recursos pueden variar, pues se ajustarán a momentos particulares. Pero siempre hay que tener en cuenta que éstos deben integrar el uso de la mayor cantidad de sentidos posibles. A través de ellos, la información pasa de estar en el medio ambiente a ingresar a nuestro cerebro. Por lo tanto, si un profesor dispone de cinco clases para determinada unidad, tiene que variar, utilizando material concreto, música, videos, power point, internet, presentación teatral, lectura de un texto, disertación, guía de trabajo, salida al patio etc. Lo importantes es entregar la información desde distintas miradas.

Desde la neurociencia ¿cuál es la mejor manera para motivar a un alumno?

No existe UNA SOLA forma que sea la MÁS efectiva. Cada alumno es distinto y por tanto es muy difícil encontrar un recurso que motive a todo un grupo por igual, pero sí hay algunos elementos que pueden considerarse. Deben ser interesantes y adecuados para la edad con la cual se está trabajando. Además, siempre es importante saber cuáles son los intereses de ese grupo en particular e incluirlos en nuestras clases. Y sobre todo, al comenzar una nueva unidad, escoger algo que los pueda sorprender o que a simple vista parezca que no tiene relación con los contenidos, que sea innovador y que los saque de la rutina. Esto captará inmediatamente la atención de los alumnos en un momento donde necesitamos toda su concentración.

Utilizar recursos tecnológicos, en la gran mayoría de los casos, será un acierto. A niños y jóvenes les motiva trabajar en el computador, con estímulos, colores, formas y sonidos que llaman a todos sus sentidos a enfocarse en eso. Sin embargo, no debemos dejar de lado el valor que tiene aprender a través de estímulos que quizás, a simple vista, no son tan motivadores, pero que sin duda forjan en nuestros alumnos otras habilidades que la tecnología no facilita necesariamente, como es la escucha atenta, el diálogo, la argumentación, la lectura, etc.

¿Qué es lo que nunca debe hacer un profesor en el aula?

Refiriéndonos al tema de la Neurociencia, me parece que lo que un profesor no debería hacer jamás es presentar la información siempre de la misma forma y a través de los mismos estímulos. Así no desafía al cerebro a utilizar las habilidades que tiene de trabajar con la información desde múltiples puntos de vista.

De acuerdo a la Neurociencia, cada persona asimila los conocimientos de manera distinta. ¿Qué criterios se pueden encontrar en común para que todos los alumnos aprendan de una mejor forma?

Al inicio de la clase, es importante presentar la información, ojalá desde las tres vías sensoriales principales, visual, auditiva y kinestésica. Luego, en el desarrollo, es fundamental trabajar con la información variando el orden y la forma, es decir, partir desde lo general a lo particular, pero también desde la forma contraria, trabajar la información desde la teoría y también desde la utilidad, realizando actividades tanto reflexivas y como activas. En el cierre de la clase lo mismo, siempre se debe sintetizar y evaluar. Sintetizar los contenidos para que los alumnos realicen un cierre y por otro lado, se debe evaluar si se cumplió el objetivo de la clase. Aquí es donde también necesitamos variar, ir más allá de lo que normalmente se hace, por lo tanto, en vez de que el profesor interrogue, se deja a los estudiantes hacer las preguntas sobre el tema. Quizás entregándoles ciertas afirmaciones para que verbalmente expresen la veracidad de éstas con argumentos elaborados o bien que ellos creen algo a partir de la información aprendida, extrapolándolo a otra asignatura, como escribir un cuento acerca de un contenido visto en ciencias. La clave está en variar.

Según esta mirada ¿Qué tipo de alumnos se pueden encontrar dentro de la sala de clases?

Dependiendo del modelo de estilo de aprendizaje al cual nos ajustemos, tendremos distintos conceptos, sin embargo hay dos modelos usados recurrentemente. Primero, el de programación neurolingüística de John Grinder y Richard Bandler. Ellos postulan que una persona tiene ciertas tendencias para recibir la información y ellas pueden ser visuales, auditivas o kinestésicas, más conocido como modelo VAK. De acuerdo a éste, en la sala de clases, podremos encontrar alumnos que al recibir información, les será más fácil recordar lo que ven, lo que oyen o lo que hacen y cómo se sienten.

Por otro lado, tenemos el Modelo de Kolb, que dice que una persona puede ser reflexiva o activa, teórica o pragmática. Kolb señala que, por un lado, podemos partir de una experiencia directa y concreta: alumno activo. Y por otro, de una experiencia abstracta, que es la que tenemos cuando leemos acerca de algo o cuando alguien nos lo cuenta: alumno teórico.

¿Cuáles son las mejores estrategias de aprendizaje para cada alumno?

Justamente, que estén acorde a las necesidades de los estudiantes. Para eso, se debe conocer el curso, sus intereses, fortalezas y debilidades y desde ahí planificarlas.

De todas formas, los alumnos deben trabajar con diversas estrategias para aprender, no solo para fortalecer sus áreas aventajadas, sino también las que les cuestan más. Si tenemos un grupo que no tienen ninguna dificultad para realizar resúmenes, es correcto potenciar eso, pero no podemos dejar de lado, por ejemplo, el esquema, porque sabemos que es un muy buen recurso para que los estudiantes lo aprendan y utilicen.

¿Cuáles son los principios básicos para potenciar el aprendizaje?

Es imposible realizar actividades diferenciadas para cada alumno, según su estilo de aprendizaje. La evidencia demuestra que el docente hoy no dispone del tiempo necesario ni siquiera para hacer sus labores mínimas. Por lo tanto, uno de los principios básicos será la variación. Además de esto, debemos tratar los contenidos con profundidad para que los alumnos puedan realizar exhaustivos análisis, mirando y trabajando de distintas formas. También tenemos que esforzarnos en hacer algo que a simple vista parece fácil, pero no lo es: hacer buenas preguntas.

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