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Dic 2025 - Edición 299

Saber leer bien: La competencia de las competecias

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Cómo potenciar en el aula el gusto por la lectura

Con el sinfín de estímulos tecnológicos que tenemos a la mano, se tendería a pensar que la lectura es una práctica que podría disminuir. Sin embargo, diversos estudios muestran que no es así y que la tendencia entre los más jóvenes es leer por entretención, lo que implica un trabajo en el aula para fomentar la lectura escolar.

Por: Amparo García
Cómo potenciar en el aula  el gusto por la lectura

En la última Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector (ENPCCL), del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y el INE, se observó que los jóvenes entre 15 y 19 años leyeron, en promedio, más libros que las personas adultas y más incluso que los adultos mayores. Un dato importante es que, al preguntar sobre el fin de la lectura, las respuestas fueron similares: los adolescentes tienden a leer por diversión y más que en otros grupos etarios.

Coincidentemente, la medición "Leer en Chile 2022: Estudio de hábitos y percepciones lectoras", de Fundación La Fuente e Ipsos, señala que los menores de 25 años son mucho más propensos a decir que esta actividad les ha servido para divertirse: esa opción cubrió un 49% de preferencias en el rango etario de 13 a 18 años, y un 45% en el grupo entre 19 a 24 años. 

Por estas razones, se podría señalar que es de vital importancia continuar potenciando el gusto por leer y ver cómo aumentar esta práctica en el aula. “En este sentido, en el rol que cumplimos los adultos que mediamos el libro y la lectura con los jóvenes, debemos considerar sus necesidades, gustos, intereses, además de lo que ya les ofrecemos en el ámbito escolar”, explica Claudia Olavarría, coordinadora general de la Corporación Troquel, con vasta experiencia y estudios en temas de LIJ (literatura infantil y juvenil). Señala también la importancia que tiene ofrecer espacios adecuados y materiales de calidad. 

Francisca Jiménez, presidenta actual de Ibby Chile (International Board on Books for Young People), directora de Mis Raíces Comunicaciones + Ediciones, quien además ha realizado un importante trabajo en LIJ, coincide con lo mismo y agrega que, en los colegios, “la creación de clubes de lectura y la implementación de bibliotecas de aula o rincones dentro de las salas de clases pueden ser una buena opción para potenciar la práctica en jóvenes. También hacer trabajos o proyectos colectivos sobre un libro o temática que incentivan a los jóvenes a acercarse más allá de la ‘obligación’ de leer los libros de los planes lectores. Además, los cuentacuentos y las obras de teatro pueden ayudar”. 

Sobre lo anterior, Olavarría agrega: “Quienes participan comparten sus impresiones respecto del libro leído de manera colaborativa y comunitaria. Esos espacios fortalecen los vínculos y permiten visibilizar la lectura como algo compartido y no solo individual”.

Respecto de la posibilidad de acceso al material de lectura, Olavarría dice que el rol que cumplen las bibliotecas escolares y las personas que las atienden es fundamental. “Las políticas públicas del libro y la lectura en Chile han amplificado las posibilidades de que la población acceda al libro: hoy existen bibliotecas públicas en todas las comunas de Chile y el programa Bibliotecas CRA cuenta con una cobertura por sobre el 98% en establecimientos de la educación pública y particular subvencionada”. Asimismo, señala que habría que hacer hincapié en la necesidad de formar más y mejores mediadores que puedan vincular el libro con los lectores, de manera de fortalecer el hábito lector a largo plazo: “Nos referimos a toda persona que puede ejercer de puente entre los libros y los adolescentes, de manera significativa, con estrategias claras y con formación para ello”.

Distintos géneros

Dentro de la amplia gama de libros, hay algunos que pueden ser más preciados por los alumnos y, por ende, se deberían incentivar en planes lectores. Jiménez comenta que, en general, se ha visto que los cómics y las novelas gráficas son un buen formato para atraer a los jóvenes. “Es un género en auge que vale la pena investigar y promover”. También menciona las novelas románticas para jóvenes, tipo bestsellers y sagas. 

Claudia coincide sobre estas preferencias. “Si se consideran los datos de préstamos del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, podemos ver que los más solicitados durante 2024 corresponden a libros juveniles”. Entrega ejemplos concretos como: la saga Heartstopper de Alice Oseman, la colección El diario de Greg de Jeff Kinney, la saga Mientras Yubooh, entre otros.  

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