Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaPara Vicente Lorca, subdirector de Innovación de Ingeniería UDD y creador de Maker Campus, acercar la innovación tecnológica a estudiantes y docentes escolares es mucho más que enseñar herramientas: es abrir caminos para que niñas, niños y jóvenes se conviertan en protagonistas de su aprendizaje, conectando lo técnico con lo social y lo pedagógico con lo humano.
Inspirado en pensadores como Seymour Papert, Lorca plantea que la tecnología debe ser vista como un “material de construcción del pensamiento”. Por eso, sus experiencias van desde la creación de dispositivos inclusivos, como microcontroladores diseñados para personas ciegas, hasta estrategias para enseñar lógica de programación con papel o voz, adaptando la tecnología al contexto escolar y no al revés. Su propuesta promueve un pensamiento computacional aplicado, donde lo central es resolver problemas reales.
Vicente Lorca, subdirector de Innovación de Ingeniería UDD.
En su trabajo con colegios, Lorca ha observado que cuando los estudiantes se involucran en proyectos de I+D con foco social o territorial, aparece algo más profundo que una buena idea: el propósito. Esa motivación lleva a los jóvenes a explorar, a formular preguntas propias, a trabajar con otros y a persistir frente a la dificultad. En ese proceso, desarrollan habilidades clave para el siglo XXI: pensamiento crítico, tolerancia a la ambigüedad, colaboración y compromiso con lo colectivo.
Para lograrlo, señala, los docentes no necesitan dominar todas las herramientas digitales, sino aprender a “pensar con tecnología”. Esto implica saber modelar problemas, identificar patrones y promover en sus estudiantes la curiosidad por experimentar y fallar como parte del aprendizaje. La innovación, insiste, no es privilegio de expertos: debe ser una experiencia cotidiana y accesible.
Incluso en contextos sin grandes recursos, Lorca destaca el valor de iniciativas de bajo costo como Ciento-01, Foldscope o Paperfuge, que permiten hacer ciencia real con materiales simples. Todo depende de una actitud: observar el entorno, hacerse preguntas relevantes y construir respuestas significativas junto con los estudiantes.
Finalmente, subraya la urgencia de fortalecer los vínculos entre escuelas y universidades. Espacios como Maker Campus han demostrado que cuando ambos mundos colaboran, surgen oportunidades transformadoras: estudiantes que descubren vocaciones científicas, docentes que diseñan prototipos junto con académicos y universidades que se conectan con el territorio a través de desafíos concretos.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.