Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaMaría Teresa Ramírez, coordinadora nacional de Convivencia para la Ciudadanía del Ministerio de Educación, detalla los desafíos actuales y las herramientas disponibles para transformar las comunidades educativas en espacios de bienestar colectivo e instalar la convivencia escolar como un eje transversal.
“No es un tema nuevo ni de este año”, enfatiza María Teresa Ramírez al inicio de la conversación. La coordinadora nacional de Convivencia para la Ciudadanía del Ministerio de Educación sostiene que el desgaste en los equipos educativos es un fenómeno que se arrastra desde hace años, y que se agudizó después de la pandemia con el aumento de licencias médicas de docentes y asistentes de la educación. A su juicio, “lo que ocurre en las escuelas refleja una realidad nacional”.
-Hemos conocido diversos estudios sobre el burnout docente, la rigidez horaria y las dificultades para generar bienestar. Antes de conocer buenas prácticas, ¿cuál es el diagnóstico que haces sobre el bienestar y la convivencia en lo que va del año?
-Lo primero es decir que esto no es algo de este ni de los últimos años. El cuidado de los equipos educativos, docentes y asistentes de la educación es un tema relevante. Postpandemia nos encontramos con un importante aumento de licencias médicas vinculadas al desgaste. Lo que sucede en la escuela refleja también una realidad nacional. Para el Ministerio de Educación, el cuidado de quienes cuidan es fundamental. Si queremos procesos educativos significativos, necesitamos equipos que se sientan seguros y con bienestar para acompañar a los estudiantes. Esta ha sido una línea muy relevante desde 2022.
-¿Qué responsabilidad les cabe a los equipos, a los sostenedores y a los directores en esta situación?
-Es una muy buena pregunta. En 2022, al ver este aumento de licencias, investigamos cómo abordar el bienestar y la salud laboral. Nos dimos cuenta de que el enfoque en el autocuidado, aunque importante, no es suficiente. El bienestar no es solo tarea individual, es una tarea colectiva. Y en educación, es fundamental revisar las condiciones estructurales y de organización del trabajo. Desde el Mineduc trabajamos en dos líneas: una socioemocional y otra sobre cómo organizar el trabajo de manera distinta. El rol de los equipos directivos y sostenedores es clave. La evidencia muestra que, si bien los docentes están motivados, muchas veces el clima laboral entre colegas no es el mejor. Y eso afecta directamente el bienestar.
"Es importante que los equipos directivos y los sostenedores tomen definiciones claras sobre cómo construir comunidades de trabajo donde el bienestar sea central, el cuidado sea colectivo y podamos avanzar en prácticas de colaboración genuina”, señala María Teresa Ramírez.
-¿Qué estrategias concretas se pueden implementar?
-Hemos desarrollado varias iniciativas desde el Ministerio. Un ejemplo es un curso de formación en línea, gratuito y dirigido a equipos directivos, disponible en EducarChile (www.educarchile.cl). También elaboramos un manual de trabajo para apoyar la gestión del bienestar en las escuelas.
Otro elemento importante es el vínculo con las mutualidades, que deben aplicar el protocolo de vigilancia de riesgo psicosocial. Cuando llegamos en 2022, muy pocos establecimientos lo estaban aplicando. Es una herramienta por ley que permite diagnosticar y generar acciones concretas.
Además, tenemos un programa de bienestar que se implementa vía SLEP, con acompañamiento durante un año. Se trata de que cada comunidad reconozca sus propios factores de riesgo y, a partir de eso, implemente medidas basadas en evidencia.
También contamos con una batería de recursos pedagógicos, materiales y podcasts disponibles gratuitamente.
Tarea de todos
Otro de los avances claves es el proyecto de ley de convivencia escolar, actualmente en segundo trámite legislativo.
-¿Por qué este proyecto de ley es tan importante?
-Realmente, para este Ministerio el cuidado de nuestros docentes y asistentes de la educación ha sido relevante. Uno de los ejes de las líneas de este proyecto de convivencia tiene que ver con el bienestar de los trabajadores de la educación, con poder articular de mejor manera el trabajo intersectorial y específicamente resguardar que sostenedores y equipos directivos acompañen y consideren dentro de sus tareas prioritarias el bienestar de los trabajadores.
Y, por otro lado, quiero señalar que la convivencia no es solo algo para los estudiantes y de los estudiantes, es una tarea de toda la comunidad educativa.
Resguardar que nuestras comunidades educativas sean espacios de bienestar y de protección, donde estemos aprendiendo a convivir, a estar con otro, a encontrarnos con la diversidad, es fundamental, y una tarea constante y continua de todos, no solo para los estudiantes.Esta visión está alineada con la Política Nacional de Convivencia Escolar, que promueve una escuela como espacio de protección y de desarrollo integral.
-¿Y qué rol juega el reconocimiento, incluido el salarial, en esta tarea?
-Sabemos que el salario docente todavía no alcanza el nivel de otras profesiones. La carrera docente ha traído avances, pero tenemos que seguir trabajando. El reconocimiento no es solo monetario; también debe ser social. Durante la pandemia, las familias valoraron enormemente el rol del profesor, de la profesora, del asistente. Esa imagen no se puede perder.
De cara al próximo año, el Ministerio continuará fortaleciendo los instrumentos disponibles, apoyando la formación de los equipos y apostando por la aprobación de la nueva ley. “Solo así construiremos comunidades educativas con sentido, que impacten positivamente la vida de sus estudiantes”, concluye.
Herramientas concretas y políticas públicas Para responder a este contexto, el Mineduc ha implementado varias líneas de trabajo:
|
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.