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Regístrate y accede a la revista¿Influye la organización de los espacios en la creación de ambientes escolares saludables y propicios para el aprendizaje? Esta es una de las preguntas que motivan el trabajo de Esteban Castillo, arquitecto de la Fundación Magisterio de La Araucanía (FMDA), quien desde hace años lidera proyectos que integran la neuroarquitectura en la infraestructura educativa.
Desde su experiencia, Esteban Castillo, arquitecto de la Fundación Magisterio de La Araucanía (FMDA), asegura que “el diseño de los espacios educacionales es fundamental para el aprendizaje, ya que el cerebro y el comportamiento humano responden a estímulos que, en el caso de la arquitectura educacional, deben transmitirse a través de espacios aptos para dicho aprendizaje, desde lo funcional y lo sensorial”.
Castillo reconoce que uno de los grandes desafíos que enfrenta Chile son los problemas de infraestructura: “Es una realidad y una problemática actual que finalmente desfavorece las condiciones en las que muchos estudiantes enfrentan su día a día escolar, perjudicando su aprendizaje”. Desde la FMDA, que administra más de 100 establecimientos en la región, el equipo trabaja en propuestas que no solo solucionen deficiencias básicas, sino que apunten a transformar los espacios educativos en lugares que inspiren y motiven a los estudiantes.
Esteban Castillo, arquitecto de la Fundación Magisterio de La Araucanía (FMDA).
-Hablando de neuroarquitectura, ¿cómo influye el entorno físico en los procesos de aprendizaje de los estudiantes? ¿Qué características de un espacio pueden potenciar la concentración, la creatividad o el trabajo colaborativo?
-Primero, cabe señalar que la neuroarquitectura es la disciplina que estudia cómo el diseño de los espacios influye en el cerebro, la percepción y el comportamiento humano. Por ende, en el caso de una intervención a nivel de infraestructura, un entorno diseñado y construido para ese fin permite a nuestros estudiantes abrir nuevas posibilidades de aprendizaje y nuevos modelos a explorar. En nuestra búsqueda de diseño, hemos aplicado movimiento en pavimentos, divisiones a través de muros transparentes, muros que se pueden rayar, tabiques a media altura, entre otros.
Actualmente, la Fundación está desarrollando nuevas salas de innovación y bibliotecas en varios establecimientos de La Araucanía. Consultado sobre los elementos claves que consideran al diseñar estos espacios, Castillo destaca: “Primero creemos en la interrelación y conectividad entre los espacios, permitiendo clases más dinámicas e interactivas”. Esto se traduce, según explica, en un mayor interés por parte de los alumnos, quienes “aprenden de una forma distinta, con movilidad y participación, lo que en definitiva favorece la comunión y convivencia al interior de los espacios de aprendizaje”.
Agrega que el concepto de transparencia es fundamental en sus diseños: “Permite dividir y/o sectorizar sin generar muros cerrados, manteniendo el enlace entre las distintas instancias”. Y enfatiza la relación que debe haber entre el edificio y su entorno: “La luz, la forma de emplazarse, la ventilación, las vistas, los colores… en definitiva, contribuyen con el sentir y con las sensaciones de cada estudiante”.
-Construyeron un modelo propio basado en la experiencia con TKNIKA. ¿Qué aprendizajes rescatan de estos referentes y cómo los han adaptado a la realidad de los colegios de La Araucanía?
-TKNIKA es un centro de investigación en el País Vasco que busca avanzar en nuevos procesos de aprendizaje, entre otros objetivos. En ese sentido, he podido estar en sus dependencias en San Sebastián y he rescatado algunos elementos que he replicado en nuestros proyectos, pero con las características de nuestros establecimientos.
-Uno de los factores que contribuyen a un buen ambiente escolar es la prevención del consumo de sustancias y la promoción del deporte. ¿Cómo puede la arquitectura educativa fomentar estilos de vida saludables en los estudiantes?
-Creo que la infraestructura debe encantar y que ojalá cada alumno se sienta grato en su establecimiento y con las condiciones adecuadas. He aquí donde creo que la arquitectura puede jugar un rol importante para evitar y potenciar unas u otras situaciones. Por ejemplo, si un alumno de 10 años de nuestra región debe hacer educación física sobre un césped mojado y sin ningún tipo de resguardo, en agosto a las 10:00 de la mañana, lo más probable es que pierda el interés y le sea desagradable, por ende, no fomentas el deporte. Distinto es tener un patio cubierto, con un radier aislado, buena iluminación y camarines, lo que permitirá en la mayoría de los casos un gusto por la clase. Es una explicación simple que demuestra la importancia del espacio dentro del desarrollo de cada estudiante.
La infraestructura, también un motor de la asistencia escolar
Comedor y sala de profesores de la escuela rural San Martín de Porres, comuna de Padre Las Casas.
Otro desafío es lograr que los estudiantes se sientan motivados a asistir a clases de manera constante. ¿Puede la arquitectura
influir en este sentido? Castillo cree que sí. “Quizás la pregunta es ¿cómo hacemos desde el punto de vista de la arquitectura e infraestructura educacional que los niños y jóvenes se reencanten con sus establecimientos?”, reflexiona. Su respuesta es clara: “El diseño de espacios y la arquitectura en sí deben ser herramientas fundamentales para generar el apego de nuestros estudiantes a sus escuelas o establecimientos”. Y agrega: “En nuestro caso, esta situación la hemos apreciado con escuelas rurales principalmente, en las que luego de la intervención de algunos espacios se genera un lazo no solo de los niños, sino también de las familias”.
"El diseño de los espacios educacionales es fundamental para el aprendizaje, ya que el cerebro y el comportamiento responden a estímulos que deben transmitirse a través de espacios aptos para dicho aprendizaje”.
-En la Fundación están desarrollando talleres extraprogramáticos, ¿cómo han pensado los espacios para este tipo de actividades? ¿Qué diferencias tienen con las salas tradicionales?
-La verdad es que hoy estamos enfocados a resolver las situaciones más urgentes. La FMDA es una institución que tiene a cargo cerca de 100 establecimientos, por ende, las necesidades son muchas y los recursos se tratan de distribuir de la mejor forma posible. Respondiendo a la pregunta, el desarrollo de cada espacio depende mucho de las características y posibilidades de cada proyecto, sin embargo, siempre tratamos de innovar respecto a las salas y en general a los espacios tradicionales en cuanto a su composición, ya que apuntamos a una nueva forma.
La importancia de la luz natural, la ventilación y el color
Sala de música del Liceo Bicentenario Padre Nicolás (comuna de Vilcún), realizada gracias al aporte de Fundación Irarrázaval.
Para el arquitecto, estos tres elementos son primordiales en el diseño de nuevos espacios educativos. “La luz natural nos permite
la capacidad de concentración y la sensación de positivismo”, destaca. La ventilación, en tanto, “mejora la productividad, la respiración y reduce las partículas nocivas”. Y en cuanto al color, asegura que “es uno de los elementos que me permite, como arquitecto, generar sensaciones en cada espacio, diferenciarlos, activarlos o apaciguarlos. Es un recurso con el cual me permito jugar”.
"Las propuestas arquitectónicas deben contribuir a que el sistema funcione a favor de la educación y la sociedad”.
-¿Qué impacto han observado en las comunidades escolares que ya están utilizando estos nuevos espacios diseñados por FMDA? ¿Hay algún testimonio o experiencia que te haya marcado especialmente?
-Creo que uno de los resultados más relevantes es la Biblioteca de la Escuela N°1 Guido de Ramberga en la comuna de Padre Las Casas, que básicamente se trata de un edificio antiguo de hormigón transformado en una biblioteca de trabajo dinámico que se diseñó para un aprendizaje en distintas instancias y con la ejecución de gran parte de los elementos y recursos descritos anteriormente. Toda esta infraestructura en conjunto con el mobiliario adecuado a cada espacio.
Por último, para el arquitecto de la FMDA, el futuro del diseño de espacios educativos en Chile, especialmente en zonas como La Araucanía, enfrenta grandes retos. “Nuestra región tiene demasiadas necesidades en cuanto a infraestructura educacional”, asegura. Y aunque a corto plazo es necesario resolver lo más urgente, confía en que “el desarrollo de las aulas, bibliotecas y otros espacios educativos irá de la mano con un sistema que está cambiando a una forma más dinámica de aprendizaje”. En esa línea, concluye que “las propuestas arquitectónicas deben contribuir a que el sistema funcione a favor de la educación y la sociedad”.
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