Suscríbete a nuestra revista y podrás leer el contenido exclusivo online
Regístrate y accede a la revistaGrandes íconos de la Historia del Arte.
El arte de la pintura, 1666. Óleo sobre lienzo, 120 cm × 100 cm. Museo de Historia del Arte, Viena, Austria.
Johannes Vermeer (1632-1675) es uno de los grandes maestros de la pintura barroca holandesa, conocido y célebre por su magistral tratamiento de la luz en sus obras. A través de una paleta de colores sutiles y una técnica detallada y meticulosa, Vermeer logró capturar la atmósfera y la luminosidad con gran precisión. Su pintura, caracterizada por sencillas escenas domésticas, revela un profundo estudio de los efectos lumínicos en los espacios interiores, donde la luz no solo define volúmenes y texturas, sino que también genera una sensación de intimidad y realismo.
Uno de los rasgos distintivos de sus cuadros es el uso de la luz natural, generalmente proveniente de una ventana situada a la izquierda de la composición. En obras como La joven de la perla o La lechera, la luz cae con suavidad sobre los rostros y las vestimentas, creando sutiles transiciones de tono que dan una apariencia casi etérea a las figuras. Vermeer empleaba capas finas de pintura y veladuras para lograr efectos de transparencia y reflejo, dotando a sus escenas de una nitidez casi fotográfica.
Además, el pintor utilizaba con maestría los efectos ópticos de la luz sobre diferentes superficies: las perlas reflejan diminutos destellos, los tapices absorben la luz con una textura aterciopelada y los mapas en las paredes muestran un brillo tenue. Se cree que Vermeer pudo haber utilizado la cámara oscura para estudiar la luz y la perspectiva, lo que explicaría su precisión en la representación de los efectos lumínicos y su particular enfoque en los contrastes.
Su legado sigue interesando a artistas y estudiosos del arte. Vermeer no solo capturó la luz como fenómeno visual, sino que la convirtió en un elemento narrativo, un símbolo de conocimiento y percepción en sus escenas de la vida cotidiana. Su capacidad para transformar lo ordinario en algo sublime lo consagra como uno de los más grandes genios de la historia del arte.
La lechera, 1658-1660. Óleo sobre lienzo, 44,5 cm × 41 cm. Rijksmuseum, Ámsterdam, Países Bajos.
Reunir a los estudiantes para observar imágenes de las obras del artista, motivando el diálogo mediante algunas preguntas tales como: ¿qué es lo que vemos? ¿Cómo sería la vida cotidiana de este personaje? ¿Cuál será su historia? ¿Desde dónde viene la luz en la obra?, etc.
Luego, invitar a los estudiantes a encontrar alguna ventana de su casa o un espacio habitual por donde entre luz natural. Enseguida, ubicar un objeto que utilicen de manera cotidiana y, usando alguna técnica que ellos escojan, crear una obra. Pueden experimentar realizando el mismo trabajo en distintos horarios del día para captar los cambios y efectos lumínicos.
Al finalizar, conversar acerca de lo que han desarrollado y aprendido junto con sus compañeros, de manera respetuosa y constructiva.
Revisa nuestro contenido en todas las plataformas desde un teléfono hasta nuestra revista en papel.
Mantengamos la conversación, búscanos en twitter como @grupoEducar
Tweets by grupoEducarIngresa a nuestra comunidad en Facebook y profundicemos el debate.