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Abr 2025 - Edición 291

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Acuerdos digitales: Cómo regular el uso de celulares y mejorar la convivencia escolar

El debate sobre el uso de los teléfonos celulares en los colegios sigue vigente. Durante el año pasado, varias comunidades escolares implementaron acuerdos digitales que buscan regular el uso de estos dispositivos, logrando resultados positivos: mayor concentración, mejor convivencia y un ambiente más propicio para el aprendizaje.

Por: Marcela Paz Muñoz I.
Acuerdos digitales: Cómo regular el uso de celulares y mejorar la convivencia escolar

Para profundizar en este fenómeno, conversamos con Soledad Garcés, directora de la Fundación para la Convivencia Digital y reconocida experta en temas de ciudadanía digital, redes sociales y uso responsable de las tecnologías.

Soledad Garcés, directora de la Fundación para la Convivencia Digital.

Según Garcés, el impacto de la regulación del uso de celulares en los colegios depende directamente de la forma en que se implementa. “No basta con prohibir los teléfonos. Es necesario generar cambios intencionados y trabajar en la formación de hábitos que promuevan el bienestar de los estudiantes”, asegura.

Por ejemplo, algunos colegios han organizado los llamados “recreos de bienestar” o “recreos con sentido”, espacios sin dispositivos donde los estudiantes interactúan cara a cara, lo que ha favorecido la convivencia y el sentido de pertenencia. Esto ha generado un aumento en la asistencia a clases y una disminución en los conflictos.

Sin embargo, Soledad Garcés advierte que, si la medida se limita a una prohibición sin acompañamiento ni estrategias complementarias, los resultados son escasos. “Para que el cambio tenga impacto, hay que sumar a las familias y capacitar a los estudiantes. Cambiar un hábito no es fácil: hay que transformar una regla en una virtud”.

El rol de las familias: ¿cómo involucrarlas?

Un desafío frecuente es lograr que los padres se comprometan con estas medidas. “Existe la percepción de que los apoderados no se involucran, pero eso no es cierto. Hay un grupo pequeño, ruidoso, que puede generar esa sensación, pero la mayoría de los padres quiere lo mejor para sus hijos”, afirma Garcés.

La clave está en explicar el porqué de la medida y darles alternativas para mantener la comunicación con sus hijos sin depender del celular. Además, es fundamental que comprendan que la regulación en el colegio se traslada al hogar, donde también deben asumir un rol activo.

“Si no capacitamos a los padres, los problemas de uso de pantallas en el colegio se van a reproducir en la casa”, sostiene. Por eso, es importante que las familias se sientan parte de la comunidad y que no se les responsabilice desde la culpa, sino desde la motivación y el acompañamiento.

¿Desde qué nivel es recomendable implementar los acuerdos?

Soledad recomienda partir en los niveles preescolares, donde es más fácil modificar hábitos. “Una mamá que le entregó un celular a su hijo en primero básico puede revertir esa decisión rápidamente. Pero en séptimo u octavo básico es mucho más difícil”, explica.

En los cursos superiores, sugiere enfocarse en la regulación de horarios y la higiene del sueño, estableciendo rutinas donde los estudiantes se desconecten a una hora prudente. “Regular el uso del teléfono en la noche es clave. Muchos adolescentes se despiertan a medianoche para jugar o chatear, lo que afecta su descanso y, por ende, su rendimiento escolar”.

Una medida concreta es definir un lugar fuera de la habitación para cargar los celulares durante la noche. “Que el estudiante elija si lo carga en la cocina, el living o el baño, pero que tome la decisión y se haga responsable”, plantea.

El rol de los profesores en la convivencia digital

Los docentes cumplen un papel fundamental como referentes. “Ellos son la primera oreja a la que recurren los estudiantes y los padres cuando surge un problema con el uso de pantallas”, dice Garcés.

Por eso, es necesario que estén capacitados en neurociencia y uso de tecnologías, no para que se conviertan en terapeutas ni vigilantes de celulares, sino para que puedan detectar señales de alerta y derivar oportunamente a los equipos de convivencia escolar.

En la práctica, Soledad Garcés sugiere que las clases no comiencen hasta que todos los teléfonos estén guardados, los audífonos retirados y los estudiantes listos para concentrarse. “Puede que al principio tome tiempo, pero se convierte en una rutina efectiva que permite retomar el control del aula”.

¿Qué desafíos enfrentan los colegios?

A pesar de que existe mayor conciencia sobre los riesgos del uso excesivo de pantallas, aún falta voluntad para abordar el tema de fondo. 

Por eso, hace un llamado a los colegios a asumir el liderazgo en la educación digital, capacitando no solo a los estudiantes, sino también a los padres y a todo el cuerpo docente. “Si no regulamos el uso de pantallas, los objetivos educativos no se van a cumplir. Este es un tema que impacta directamente en el aprendizaje y en la formación integral de los estudiantes”, concluye.

Recomendaciones clave para una buena convivencia digital

1.- Comenzar desde los niveles preescolares.

2.- Sumar a las familias desde el principio, explicando el sentido de las medidas.

3.- Regular horarios y promover una buena higiene del sueño.

4.- Capacitar a los profesores para detectar problemas y acompañar a los estudiantes.

5.- Implementar recreos sin pantallas para fomentar la interacción social.

En el sitio www.convivenciadigital.cl hay material descargable y planificaciones de clases gratuitas para apoyar a las comunidades educativas en la implementación de acuerdos digitales.

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