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Abr 2024 - Edición 281

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Juego en Familia: La Rueda de la Conversación

Educar en Familia

Autor: Grupo Educar

Éste es un juego que ayuda a conversar y a conocerse entre padres e hijos. Verás como esta entretenida rueda quedará grabada en su memoria.

Como sea la comunicación con tus hijos mientras son niños y adolescentes, así será la relación que tengas con ellos en el futuro y así también se determinará el patrón de relaciones que construyan con los demás. “Al conversar con nuestros hijos vamos actuando como espejos y les vamos mostrando quiénes y cómo son. Además nos van imitando y con eso aprenden los valores de la vida”, (Neva Milicic, revista
Hacer Familia).

Este juego, simple y entretenido, puede ayudar a conversar en familia sobre temas tan triviales, pero profundos, como: ¿Qué personaje de cuento te hubiera gustado ser y por qué? ¿Qué lugar del mundo quisieras conocer? Si pudieras transformarte en un animal, ¿cuál serías?

CÓMO JUGAR A CONVERSAR

Hacer girar esta rueda no puede ser más simple. Imprime la ‘rueda del diálogo’ (click sobre la imágen para imprimir), pégala en un cartón y hazle un agujero en el centro. Clávala desde ese centro con un alfiler o clavo, sobre una cartulina más gruesa o trozo de plumavit.

Siéntate con tus hijos alrededor de la mesa y a medida que les vaya tocando, deben hacerla girar y responder el tema que se detiene frente a él.

El juego consiste simplemente en escucharse mutuamente. No es un juego de competencias, pero los adultos pueden hacer de jurado y entregar pequeño premios a quienes respondan creativamente. La idea es que todos participen y lo pasen bien.

Si algunos de los hijos no entiende alguna pregunta o palabra, hay que explicárselas con un lenguaje simple, pero no saltarlos. Este juego puede adaptarse según las edades de los hijos y si por ejemplo, hay más adolescentes que niños en la familia, podemos preguntarles, qué personaje histórico quisieran ser en vez de qué personaje de cuento quisieran encarnar.

Para que el juego sea de verdad entretenido, los adultos deben contestar con creatividad y sinceridad. Los hijos se dan cuenta enseguida si están saliendo del paso con cualquier frase.

Por supuesto: fuera los celulares. No es hora de hablar con otros, sólo con los hijos que están participando en esta rueda. Para que el diálogo tenga frutos, requiere de ciertos “trucos” indispensables.

Mirar a los ojos: El contacto visual es lo que ayuda a entrar en el terreno firme de la comunicación. Con el celular colgando o haciendo otra cosa es difícil entablar una conversación de verdad. Por esta misma razón también es importante darse un espacio para la relación con los hijos y para construir ritos con ellos.

Escuchar conscientemente: Aunque sus respuestas sean largas, escuchar a los hijos es clave. Esta actitud es la que garantiza el día de mañana, cuando sean adolescentes, su interés por conversar con sus padres. Si los adultos por inercia tienden a contestar con simples monosílabos como “ya”, “sí” o “no”, que a veces ni siquiera tienen relación con lo que se les ha contado, más tarde les pasará la cuenta y habrá padres quejándose por niños que no se comunican con ellos.

• Evitar los interrogatorios: Es común transformar el diálogo con los hijos en un interrogatorio policial. No lo haga!

Ser positivos: La gente normalmente es muy crítica, cuando el ideal es hacer por cada seis alabanzas una crítica.

OTRAS INSTANCIAS PRO DIÁLOGO

Estas herramientas son importantes puntos de partida para que la comunicación fluya sin problemas.

• Los cuentos: Se ha demostrado que los niños que crecen siendo oidores de cuentos tienen mejor desarrollo emocional.

• Las anécdotas: Cuando se quiere enseñar algo a los hijos es bueno contar la historia de “otro”.

• Las historias personales: Los recuerdos más entretenidos de los padres, los errores que ahora se dan cuenta que cometieron, las cosas que los hacían felices, son valioso material para el diálogo.

• Las actividades en común: Son espacios que naturalmente fomentan la comunicación; por eso es importante hacerlos habituales a lo largo del tiempo.

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