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Regístrate y accede a la revistaLa docente del Liceo Agrícola Cruz del Sur de Vilcún fue reconocida por su compromiso con la educación técnico-profesional y por liderar un liceo autosustentable en la Región de La Araucanía.
Claudia Saldía, profesora de la especialidad Agropecuaria del Liceo Agrícola Cruz del Sur de Vilcún, se transformó en la primera mujer en recibir el Reconocimiento ProfeTP 2025, organizado por ONG Canales. El galardón, que busca destacar a docentes que transforman su entorno y visibilizar la educación técnico-profesional, recibió más de 600 postulaciones de todo el país.
“Más allá de la felicidad, siento un enorme orgullo”, comentó Claudia. “El trabajo en el campo suele ser muy masculinizado, por eso que se reconozca el aporte de las mujeres en este ámbito es doblemente significativo”.
Para la profesora, este premio representa un paso importante para valorar una modalidad clave en el desarrollo del país. “La educación técnico-profesional forma jóvenes con competencias reales, con hábitos de trabajo, liderazgo, responsabilidad y colaboración. Son habilidades que el mundo laboral valora y que muchas veces son más determinantes que el conocimiento técnico mismo”, afirma.
Claudia destaca que los estudiantes TP se diferencian por su capacidad para trabajar en equipo, adaptarse y liderar. “Aprenden a convivir, a resolver problemas y a enfrentar la vida laboral con responsabilidad. Eso no se enseña con un manual”, dice.
Un liceo autosustentable
El establecimiento donde trabaja, en plena cordillera de La Araucanía, es uno de los pocos liceos autosustentables del país. “Toda la producción agropecuaria que realizamos es para consumo interno. Los alumnos producen lo que comen y aprenden todo el proceso, desde la siembra hasta la mesa. Solo compramos tallarines y arroz”, explica.
Además, el liceo incorpora a estudiantes con condición del espectro autista mediante metodologías adaptadas con pictogramas. “La inclusión también debe ser parte de la educación TP; todos pueden aportar desde sus capacidades”, comenta.
Madre de tres hijos, Claudia asegura que su familia ha sido clave en su vocación. “Ellos están orgullosos de lo que hago. Este reconocimiento no es solo mío, sino también de mis alumnos, mis colegas y de todas las mujeres que trabajamos en el campo y en la educación TP”.
La profesora también recibió el Premio Impacta, entregado por votación popular, lo que —según dice— demuestra que “la comunidad cree en el trabajo que hacemos, incluso desde un liceo pequeño”.
Finalmente, enfatiza que la educación técnico-profesional necesita ser una política de Estado: “No depende del gobierno de turno. Necesitamos apoyo constante para seguir mostrando lo que somos capaces de hacer. La TP es un motor del desarrollo nacional”.
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