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Abr 2024 - Edición 281

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¿Se puede convivir sanamente con 40 alumnos por sala? La importancia de las rutinas y procedimientos

El número de alumnos por sala es una interrogante que surge ante el tema de la convivencia escolar. Sin embargo, como explican los expertos, en la práctica no es real la disminución de alumnos, ni esta incide necesariamente en un mejor clima escolar. Entonces, ¿cómo trabajar con 40 niños y jóvenes por sala?

Por: Paula Elizalde
¿Se puede convivir sanamente con 40 alumnos por sala? La importancia de las rutinas y procedimientos

“No hay mucho espacio para manejar este tema”, afirma Bárbara Eyzaguirre, asesora del directorio de la Fundación Astoreca, respecto a una posible disminución de alumnos en las salas de clases, con el fin de mejorar la convivencia escolar. Como ella misma añade, “los colegios particulares subvencionados no tienen mucho manejo de cuántos alumnos tener. Ojalá el número se acerque al total para financiar el colegio y eso ronda entre los 40 y 45 alumnos”. Por otro lado, Bárbara señala que la investigación dice que “bajo 20 estudiantes se pueden utilizar metodología personalizadas, sobre ese número, ese enfoque se vuelve poco efectivo, lográndose mejores resultados al dirigir la clase hacia el total del grupo”.

Marta Estruch, gerente general de Corporación de Educación de la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA Educa.

Y tras aclarar esto, la experta afirma: “Lo más importante para la buena convivencia en la sala de clase y en los colegios es que haya rutinas y normas claras, y que se respeten”. 

 

En la misma línea, Marta Estruch, gerente general de la Corporación de Educación de la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA Educa, la que administra 20 colegios en distintos lugares de Chile, señala: “Lógicamente, resulta más fácil manejar un grupo de menor tamaño; sin embargo, hay otros factores claves a considerar para establecer una sana convivencia al interior de las aulas, como son: el aplicar estrategias que instalen el respeto, la tolerancia y los valores universales como parte del diario vivir, lo que requiere el involucramiento de todos los miembros de la comunidad escolar, dado que todos son modelos a seguir”.

Marta agrega: “En nuestra experiencia, no existe correlación entre una baja cantidad de alumnos versus buenos resultados, dado que nuestros establecimientos que han alcanzado mejores resultados tienen en promedio 38 alumnos por curso. El éxito es más atribuible a cómo se desarrolla el proceso de enseñanza y aprendizaje”.

Por qué no tenerles miedo a las normas y procedimientos

Bárbara cuenta que, aunque puede ser un tema que parezca obvio, a veces no lo es, y en los colegios Astoreca, donde hay alrededor de 40 alumnos por sala, dedican tiempo a establecer rutinas y procedimientos con sentido, que finalmente hacen que los alumnos se sientan más seguros, más tranquilos y que, además, se use el tiempo de mejor manera para el aprendizaje y no para estar corrigiendo constantemente. 

Renata Moyano, subdirectora de liderazgo escolar del área de desarrollo de la Fundación Astoreca.

Renata Moyano, subdirectora de liderazgo escolar del área de desarrollo de la Fundación Astoreca, afirma: “En la medida que los niños tengan ambientes seguros y que sepan lo que se espera de ellos y también lo que va a pasar, tienen mejores posibilidades de mostrar conductas que los ayuden a aprender y a llevarse mejor.

Como cuenta Margarita Vial, jefa de formación del área de desarrollo de la Fundación Astoreca, en los colegios de la entidad, las dos primeras semanas de clases son para aprender las normas y los procedimientos, donde se conversan, se reflexionan, se les da sentido y también se practican. “Al final, al instalar rutinas y procedimientos, lo que haces es disminuir todos los distractores para que el tiempo que estás en la sala de clases o en el recreo sea para el aprendizaje, para tener una buena convivencia, o para desarrollarte emocionalmente. De esta manera, como profesor, no estamos haciendo callar a uno por uno, sacando a un niño de la sala, sino que hay códigos compartidos, y después el tiempo está dedicado exclusivamente a aprender, a compartir, a trabajar y a desarrollarse”. 

 

Lo que empezó como un código común entre quienes trabajan en Astoreca, finalmente se procesó, se escribió y hoy está todo documentado, para así poder traspasarlo a profesores y directivos. Además, las normas y procedimientos no son porque sí, como Renata y Margarita explican, sino con un sentido, por ejemplo, se busca la puntualidad para fomentar la responsabilidad y fortalecer esa característica. Todo esto fundamentado en su programa Fortalezas del Carácter. 

Margarita Vial, jefa de formación del área de desarrollo de la Fundación Astoreca.

Renata explica la importancia de las normas claras para la convivencia con el siguiente ejemplo: “Cuando los dos papás están de acuerdo en que la regla es que el hijo solo vea 45 minutos de televisión en la tarde, probablemente la posibilidad de que los niños tiendan a querer saltarse la regla va a disminuir si los dos son consistentes y concuerdan en que eso es relevante. Más aún si les explican a los niños por qué eso es importante, cuáles son los beneficios, cuáles son los costos, etc. Aquí es lo mismo, la única diferencia es que hay muchos papás (los profesores), y a veces en los cursos grandes son tantos, que cuesta ponerse de acuerdo. Por eso es súper importante que esto sea un sello de la cultura, que sea potenciado por el equipo directivo y que esté formalizado”. 

Incluso, en la Fundación Astoreca existe un programa de liderazgo para profesores donde se ven estas normas y procedimientos, entre otros temas, y así estos docentes pueden ser también responsables de su cumplimiento.

 

En definitiva, como Renata concluye, “hay que perder el susto a tener cierto orden en la sala de clases. Porque al final del día, nadie quiere estar ocho horas en un lugar desordenado y caótico, donde a veces los niños te dicen ‘me llega a doler la cabeza del ruido que hay’. Además, está demostrado en la literatura que a los niños les hace bien el orden, la claridad y la rutina”. 

 

Fortalezas del carácter

Margarita Vial señala, “las fortalezas del carácter le dan sentido a hábitos positivos”, es decir, el programa Fortalezas del Carácter busca que los hábitos, rutinas y procedimientos que se establecen en los colegios Astoreca tengan sentido y no sean por qué sí. Así, las fortalezas del carácter se buscan fomentar con los hábitos y procedimientos son las siguientes:

  1. Soy respetuoso
  2. Tengo propósito
  3. Soy entusiasta
  4. Soy amable
  5. Soy responsable
  6. Soy constructivo
  7. Soy correcto
  8. Tengo afán de superación
  9. Hago las cosas bien.

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